El general venezolano Antonio Rivero, quien pidió la baja del ejército, criticó lo que llama “cubanización” de la Fuerza Armada de Venezuela, en coincidencia con el retiro de 173 oficiales que por años permanecían sin cargos debido a su distanciamiento político con el gobierno de Hugo Chávez.
fakeFCKRemoveOficiales cubanos “participan en actividades de organización de regiones militares, en ingeniería, armamento, comunicaciones, en elementos doctrinales del Comando Estratégico Operacional y en capacitación y entrenamiento, incluso de francotiradores”, explica Rivero a IPS tras comentar su baja de la institución.
Esta presencia extranjera “está más allá de lo que debería ser permitido, alcanza áreas estratégicas y pone en peligro nuestra soberanía”. Rivero fue por varios años, tras la llegada de Chávez al gobierno de Venezuela en 1999, director de Protección Civil en el Ministerio del Interior y luego fue oficial de la División de Selva del Ejército, en el sur del país.
El Gobierno ordenó pasar a retiro a 173 oficiales de las cuatro ramas tradicionales de la Fuerza Armada, el Ejército, la Marina, la Aviación y la Guardia Nacional, que permanecían formalmente activos, pero sin cargo ni mandos.
Se trata de militares que se consideran a sí mismos “institucionalistas”, no son afectos al proceso político de “socialismo del siglo XXI” que lidera Chávez y llevaban varios años apartados de las decisiones de la institución castrense.
En esa situación de disponibilidad formal permanecen aún unos cientos de los aproximadamente 14 000 oficiales con que cuenta la Fuerza Armada.
Chávez públicamente ha pedido a los militares que no compartan su estrategia de gobierno y postulados socialistas que soliciten la baja y abandonen la institución armada, que ha adoptado como lema la consigna “patria socialista o muerte”.
Rocío San Miguel, directora de la ONG Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada, dice que la medida “acelera el proceso de politización y partidización de la Fuerza Armada Nacional y contradice la Constitución”. El art. 328 señala que la Fuerza Armada “constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política” y que en el cumplimiento de sus funciones está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna.
San Miguel indica que las denuncias de Rivero “dan mayor aproximación y precisión a situaciones que se han ventilado en el interior de la Fuerza Armada y causado grietas que son un dolor de cabeza del Presidente, porque no las ha podido cerrar”.
En esa línea la experta ubica otra decisión: Chávez ordenó un aumento lineal de sueldos de 40%, desde soldados a generales, pagadero desde este abril.
“El presidente debería extender ese aumento de 40% a todo el sector laboral del país”, comenta Froilán Barrios, secretario de la opositora Confederación de Trabajadores, y el Partido Comunista, que apoya a Chávez, pidió que tras la subida a los militares se revise al alza del salario general.
Cuando dispuso en enero una devaluación de 50% de la moneda nacional, el Mandatario ordenó aumentar 10% el salario mínimo nacional, que así llegó al equivalente de 250 dólares. Se prevé un nuevo ajuste para septiembre.
Chávez “trata de mostrar con esas medidas que la Fuerza Armada depende de él, está con él y no hay espacio para nada más”, según San Miguel. Al mismo tiempo, “le toma el pulso a sectores democráticos con ese gesto claramente discriminatorio”.
Sindicatos de maestros, de obreros de empresas estatales y de la salud reclamaron alzas salariales tras lo que medios locales de comunicación bautizaron como “el aumento Rivero”.
Chávez, enterado de que Rivero declaraba sobre su baja del ejército, dijo que los adversarios del proceso que lidera “envolvieron” a Rivero, quien “finalmente se volvió escuálido (opositor)”.
Criticó al ahora general retirado como “un flojo”, que se negaba a recibir órdenes. “Ha podido terminar bien su carrera, pasar a un digno retiro, pero en su lugar decidió repetir el discursito enemigo sobre una supuesta ‘cubanización’ de la Fuerza Armada”. Reconoció, empero, que en efecto oficiales cubanos colaboran con la Fuerza Armada, pues por ejemplo “nos han dicho cómo almacenar brújulas, como reparar las radios de los tanques, y cómo se debe almacenar la munición”.