El primer ministro griego, Lucas Papademos, amenzó con dimitir si los principales partidos políticos no apoyan nus nuevos recortes, según informaron hoy fuentes próximas al gobierno. Entretanto, parece que el país heleno podría necesitar más ayudas internacionales de las previstas. “Es evidente como se reaccionará si uno de los grandes partidos dice no a las medidas necesarias”, apuntaban hoy círculos próximos al primer ministro.
Varios medios de comunicación griegos ya habían informado de que Papademos preveía dimitir el lunes si socialistas y conservadores no le apoyan para abordar las medidas que reclama la troika compuesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) y la Unión Europea.
Una de las medidas más criticadas, sobre todo por los socialistas, es el reclamado recorte del salario mínimo en el sector privado. La troika exige que el salario mínimo bruto se recorte de los 751 euros (982 dólares) actuales a menos de 650.
Además, quieren que se eliminen las dos pagas extraordinarias y que se rebajen las pensiones. Papademos pretende debatir el viernes y sábado con los líderes de los principales partidos antes de llevar ante el Parlamento las medidas. Tanto los sindicatos como las patronales rechazan las medidas.
Como medida de protesta contra las nuevas medidas, el grupo de activistas “Anonymus” atacó hoy la página web del Ministerio de Justicia griego, que quedó bloqueada durante cuatro horas.
Entretanto, diplomáticos europeos advirtieron que los 130 000 millones de euros (170 000 millones de dólares) previstos en el segundo paquete de ayudas a Grecia podrían ser insuficientes para satisfacer las necesidades económicas del país.
Al parecer, podrían necesitarse entre 145 000 y 150 000 millones de euros, ya que la crisis griega es más grave de lo esperado.
Por su parte, el ministro de Finanzas heleno, Evangelos Venizaelos, apuntó que los griegos “esconden” 49.000 millones de euros “en cajas de seguridad, arcas, sotanos, áticos o bajo la cama”.
Desde 2009, por miedo a la vuelta del dracma, los griegos sacaron de sus cuentas 65 000 millones de euros, de los que 16 000 fueron a parar al extranjero. Más de 5 000 millones estarían depositados en bancos de Reino Unido y cerca de 1 600 millones en suiza.