Oposición denuncia plan para restringir las libertades

La guerra entre el Gobierno argentino y el grupo multimedio Clarín no cesa. Eso luego que el jueves, el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, anunció que más de un millón de usuarios de Fibertel, empresa operadora de Internet, deberán buscar otra prestadora. Según De Vido, “desde el 15 de enero del 2009, Cablevisión y Fibertel comunicaron a la Inspección General de Justicia que Fibertel deja de existir como persona jurídica y el servicio que prestaba Fibertel de banda ancha lo pasaba a prestar Cablevisión en una acción de pleno derecho. Entre ellos dos acuerdan e informan al organismo que no es el pertinente. Incurren en un hecho muy grave: la prestación por parte de Cablevisión de un servicio para el cual no está habilitado”. Cablevisión (televisión por cable) pertenecía al Fondo Hicks Muse y a Liberty, tenía además el 99% de las acciones de Fibertel. Se procedió a la fusión de las compañías en 2003. En 2006, lo adquiere el Grupo Clarín que, además, fusionó a otra empresa de televisión por Internet, Multicanal, que fue aprobado por el Ministerio de Economía en el 2007 y no recibió ninguna oposición de parte de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia. Eran los tiempos de la Presidencia de Néstor Kirchner, esposo de la actual Mandataria.La empresa afectada dijo que se trata de “una medida ilegal y arbitraria que forma parte de una escalada cada vez más totalitaria' La medida busca afectar a sus clientes y reducir drásticamente la competencia y consagra el monopolio de las telefónicas”. En Argentina hay 4,2 millones de abonados. El 64% de ellos está suscrito a las empresas Telefónica (34%)y Telecom (30%). El 25% está en Fibertel y con otras compañías el 11%. Curiosamente, cuando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner envió al Congreso la Nueva Ley de Servicios Audiovisuales, en la que se habilitaba a las empresas telefónicas para ofrecer el servicio triple: telefonía, Internet y televisión. Pero para conseguir los votos, cedió ante las presiones de los partidos de izquierda: tuvo que eliminar la prerrogativa de televisión. “En los orígenes de la reforma a la ley de medios se intentó traspasar y permitir el ingreso de las telefónicas al mercado de la radio y la televisión y (para que) los amigos del Gobierno se queden con Telecom (la empresa Telecom Argentina está en venta)”, dijo el cineasta y diputado Fernando ‘Pino’ Solanas. “Hay que ver todo lo que hay detrás: acá se está conformando otro gran grupo mediático que tejido por el Gobierno y sus amigos, usan toda la red de medios públicos como si fueran medios del partido gobernante” y que la pelea con Clarín es el pretexto para dejar al país sin una prensa libre. Para el ex defensor del Pueblo, Eduardo Mondino, además de ser “una escalada que busca tener una opinión única, de querer el ejercicio de poder con un pensamiento único”, si bien perjudica a una empresa, “lo que está haciendo es perjudicar el derecho de los ciudadanos. Hay lugares a donde no llegan las telefónicas”. La decisión gubernamental desató un arduo debate a través de las redes sociales. Unos dejaron Speedy (Telefónica) o Arnet (Telecom) para pasar a Fibertel, considerado el que mejor servicio ofrece. Pero también hay ex clientes de esta que debieron abandonarla porque la conexión se caía continuamente. Ayer, referentes del radicalismo, Peronismo Federal, Coalición Cívica (CC), Pro y GEN anunciaron que impulsarán un proyecto de ley para dejar sin efecto la resolución.

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