Nuevas lluvias provocadas por una depresión tropical (vientos de hasta 65 km/hora), que se encamina a convertirse hoy en la tormenta “Bonnie”, amenazan con incrementar el caudal de los ríos del noreste de México.
En esa región 15 personas murieron, 80 000 perdieron sus casas; más de 500 000 fueron afectadas por las lluvias, en la última semana tras el paso del huracán Álex. El Servicio Meteorológico Nacional anunció que la depresión tropical proveniente del golfo de México provocará lluvias intensas y torrenciales lo que causará “inundaciones y deslaves” en los estados de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila.
En todo México, han muerto 30 personas en los últimos días por las fuertes precipitaciones como consecuencia directa del huracán Álex. El gobernador de Tamaulipas Eugenio Hernández declaró la alerta máxima en el norte de su estado, limítrofe con Estados Unidos, ante el desbordamiento inminente de los ríos Bravo y Conchos.
Las lluvias obligaron a abrir las compuertas de al menos cinco presas, lo que forzó la evacuación de 25 000 personas en Nuevo León y Tamaulipas, incluido un poblado entero.
Los 22 000 habitantes de Anahuac fueron llevados a refugios, horas antes de que las aguas comenzaran a anegar el pueblo.
En Monterrey, capital de Nuevo León, con 4 millones de habitantes en su área metropolitana, maquinarias trabajaban en la limpieza y el restablecimiento de varias vías, que quedaron anegadas por deslaves de lodo y rocas tras el paso de Álex.