Montevideo. DPA
Unos 40 años después de haber liderado junto a otros un grupo que intentó llegar al poder por medio de acciones guerrilleras, José Mujica, de 75 años, asume hoy la presidencia de Uruguay.
Mujica triunfó en los comicios de noviembre pasado como candidato de la coalición de izquierdas Frente Amplio, dentro de la cual su sector (el Movimiento de Participación Popular, creado por ex tupamaros) es de los más poderosos. Sucederá al médico socialista Tabaré Vázquez, quien cinco años atrás se convirtió en el primer presidente de un partido de raíz de izquierda en Uruguay.
Elegimos un
gobierno que no es
dueño de la verdad
José Mujica
Presidente electo de UruguayLucía Topolansky, senadora más votada del Frente Amplio y esposa de Mujica, le tomará juramento en el pleno del Congreso.
El nuevo Mandatario debe declarar que se compromete por su “honor a desempeñar lealmente el cargo” que le es confiado y a “guardar y defender la Constitución de la República”. También asumirá en ese acto el vicepresidente electo, Danilo Astori.
Luego, Mujica se trasladará en un automóvil eléctrico hasta la Plaza Independencia, a poca distancia en el centro de Montevideo, donde hay un monumento y se conservan los restos del prócer uruguayo José Gervasio Artigas. Allí recibirá la banda presidencial de manos de Vázquez y ofrecerá un discurso. El acto, que contará con la presencia de mandatarios de varios países, entre los que se incluye el presidente Rafael Correa, se cerrará con un espectáculo artístico del dúo folclórico Los Olimareños y una murga.
El entrante Presidente es conocido por su apodo ‘Pepe’. Vive modestamente en una chacra en las afueras de Montevideo, en donde cultiva flores. Ha dicho que no cambiará su forma de vida tras ser investido. En los años 60 integró la lucha armada junto al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, del que llegó a ser uno de sus líderes.
Fue herido de varios balazos en un enfrentamiento armado y estuvo preso en diversas ocasiones, la última vez por 13 años.
La eliminación de la indigencia y la reducción de la pobreza serán dos de sus prioridades. También la atención al hacinamiento carcelario, la innovación productiva, la infraestructura de transporte y la transformación del Estado para hacerlo más eficiente.
Mujica tiene la intención de aplicar un “socialismo autogestionario” en Uruguay, donde los trabajadores tengan mayor participación en las decisiones de las empresas, pero no reniega del capitalismo. Incluso, dice que se esforzará por mantener la estabilidad macroeconómica y que alentará las inversiones en el país.
El politólogo Luis Eduardo González afirmó que el nuevo Gobierno uruguayo buscará instalar un “capitalismo con sensibilidad social. Es una suerte que ‘Pepe’ (Mujica) aparezca en segundo Gobierno del Frente y no en el primero. Para lo que muy groseramente puede llamarse una transición, la personalidad de Vázquez ayudaba mucho más”.
En el nuevo Parlamento, que se instaló a mediados de febrero, el Frente Amplio tiene mayoría en ambas Cámaras. Pese a eso, Mujica ha tendido puentes para dar participación en su Gobierno a los partidos de oposición, en especial a los históricos Nacional (o Blanco) y el Colorado.
Algunos uruguayos que emigraron durante la última dictadura en su país (1973-1985) están por estos días de visita en Montevideo, ansiosos por ver a Mujica investido Presidente. Una alegría similar sienten los que dieron su voto a este ex guerrillero.