Miles de jóvenes suben voluntariamente hasta los cerros para colaborar con quienes perdieron todas sus posesiones en el incendio que desde el sábado, 12 de abril, afecta al puerto de Valparaíso, en el litoral central de Chile, mientras toneladas de ayuda llegaban de todo el país.
Armados de picos y palas, los jóvenes se organizaron en grupos para ayudar a las cerca de 8 000 personas que perdieron sus casas, quemadas por las voraces llamas que se observaron en barrios mayormente pobres de unos seis cerros de este puerto chileno.
“Arriba de los cerros es siempre donde está la gente más pobre, y quedó sin nada. Lo perdieron todo”, dijo a la AFP , Gabriela González, estudiante de la Universidad Católica de Valparaíso.
“Quedarse sentado no vale”, agregó la voluntaria.
Bajo la supervisión de bomberos, los jóvenes recogían escombros donde días atrás había casas enteras, en las que habitaban centenares de familias.
“Hay gente que lo necesita. Estamos en condiciones físicas para retirar escombros. Por ejemplo, esta casa es la de una persona que está a punto de tener su guagua (bebé), una señora, entonces necesita ayuda”, afirmó Fabiola Monsálvez, otra voluntaria.
En Santiago, agrupaciones gremiales, estudiantes, tiendas y ayuntamientos acopiaban donaciones de ayuda que eran enviadas a los ocho albergues de Valparaíso, mientras miles de mensajes de apoyo circulaban bajo la etiqueta #FuerzaValpo en la red social Twitter.
El incendio, que comenzó el domingo y que aún no está del todo controlado, ha dejado hasta este martes 12 víctimas fatales, 2 100 viviendas destruidas y 10 000 evacuados.