Arizona primero y ahora Florida y 11 estados más que no quieren inmigrantes en sus suelos. La cifra va en aumento al mismo ritmo en el que la campaña electoral para las elecciones intermedias en EE.UU. se va acercando a su recta final, en noviembre.
A falta de propuestas concretas como la creación de empleo y ampliación de los servicios sociales, difíciles de prometer en tiempos de crisis y de un inmenso déficit fiscal, los políticos republicanos de algunos estados encontraron en los inmigrantes, en particular los latinos, la fuente donde inspirar al electorado y ganar votos.Bill McCollum es el fiscal general de Florida y está de candidato para gobernador de ese estado. Por ahora su objetivo es ganar las elecciones primarias frente a su adversario, también republicano. “Florida no será el santuario de los indocumentados”, dijo en un comunicado McCollum, luego de hacer público su proyecto.
Él es quien acaba de lanzar la propuesta que ya la tiene redactada, de crear una ley antiinmigrante tan o más dura que la de Arizona y como dice el abogado de la organización Defensa del Inmigrante de Florida, Joseph Lackey, “así extender el miedo más allá de Arizona”.
Según Lackey, lo que busca McCollum es convertir en delito el buscar trabajo para quienes no son ciudadanos de este país. La ley de Arizona no protege a las fronteras sino que castiga a los que ya están adentro”.
De llegar a convertirse en realidad, para los ecuatorianos el drama será más extendido que el de Arizona, porque mientras en ese estado se estima que viven no más de unos 5 000 y apenas una asociación que intenta integrarlos, en Florida -según el cónsul del Ecuador, Juan Carlos Toledo- habría entre 50 000 y 60 000.
Solo en la ciudad de Miami el cálculo es que viven unos 20 000 ecuatorianos. Las cifras muestran que a ese estado llegan ecuatorianos desde Manabí y Guayas. Según Toledo, en los campos agrícolas de Tampa, Orlando y Kissimee hay muchos sin papeles. “Cuando fuimos con el consulado móvil a Tampa encontramos una comunidad dispersa y asustada incluso de sus propias autoridades”.
La propuesta de McCollum no tendrá un camino expedito. Florida tiene una representación política latina ponderable dispuesta a dar pelea dice Luis Aguirre, presidente de la Federación de Residentes Ecuatorianos en el Exterior de Miami. “Este es un país de inmigrantes y quieren destruir esa historia. La oposición será peor que en Arizona”.
Marco Molina, un dirigente ecuatoriano de West Palm Beach, dice que ahí hay unos 4 000 profesionales ecuatorianos y con documentos, “pero lo que preocupa es que se está creando un perfil racial que terminará perjudicando a nuestros hijos y nietos”.
Las consecuencias a largo plazo de estas leyes -en los ojos de Lackey- son que “tendremos ciudadanos resentidos porque el gobierno deportó a sus padres”.