Tropas de la OTAN lideradas por Estados Unidos lanzaron ayer una gran ofensiva contra el último gran bastión de los talibanes. En la provincia más violenta de Afganistán se enfrentaron rápidamente a los milicianos. El ataque busca restablecer el control del Gobierno sobre una amplia zona del sur del país.
El asalto es una prueba para la estrategia del presidente estadounidense Barack Obama. Este ordenó el envío de 30 000 soldados más a Afganistán en diciembre. Así comenzó la campaña para imponer este año el control del Gobierno en áreas tomadas por rebeldes, antes de que los aliados inicien el repliegue en 2011.
A pocas horas del comienzo de la operación, infantes de Marina de Estados Unidos, al frente del asalto, se enfrentaron a milicianos talibanes en Maryah, en la provincia de Helmand. Los infantes se arriesgan a ser sorprendidos por trampas ocultas en la ciudad.
Tres soldados estadounidenses murieron por un ataque con bombas, al lado del camino en el sur de Afganistán, ayer. Así informó la OTAN en un comunicado. No estuvo claro si perecieron durante la campaña en Helmand.
Los marines se enfrentaron a tiros con los milicianos talibanes, después de que las tropas estadounidenses llegaran en helicópteros al pueblo. Ellos dispararon cuatro cohetes contra los milicianos, que atacaron desde recintos.
Al menos un infante de Marina fue herido por esquirlas. Más de dos horas después, el área aún estaba envuelta en disparos. Los estadounidenses lanzaron otro cohete. Una familia de civiles del lugar estaba oculta en su casa, con los enfrentamientos afuera.
El primer objetivo de los infantes de Marina era tomar el control del centro del pueblo, un gran grupo de viviendas. La seguridad de los civiles podría ser un tema importante en la campaña de la OTAN contra los talibanes. Estos volvieron a surgir como una fuerza de combate, después de que fueran derrocados por la invasión liderada por Estados Unidos en 2001. Las grandes bajas podrían destruir las posibilidades del Gobierno afgano de lograr respaldo.
Las fuerzas de la OTAN recomendaron a los civiles permanecer en sus casas. “Las fuerzas internacionales deben adoptar ciertos procedimientos y mecanismos durante la operación en Maryah para proteger a los civiles”, dijo el presidente afgano, Hamid Karzai, en un comunicado.
La ofensiva comenzó con oleadas de helicópteros llevando soldados estadounidenses a la ciudad, en las primeras horas de la mañana. Las tropas británicas volaron a la zona norte, rodeando el distrito de Nad Ali, seguidas por tanques e ingenieros de combate.
“La primera fase de la operación está desarrollándose con éxito. Los talibanes tienen el área cubierta con trampas explosivas, pero no ha habido ningún enfrentamiento fuerte aún”, dijo el gobernador de Helmand, Gulab Mangal, en una rueda de prensa.
“Hemos capturado 11 ubicaciones claves en el distrito y la resistencia de los insurgentes ha sido controlada”, agregó.
La operación de 15 000 soldados se nombró Mushtarak (Unidos), para destacar que la OTAN y las fuerzas afganas están decididas a trabajar juntas para llevar la estabilidad a Afganistán.
La posibilidad de que el aparente éxito inicial se puede traducir en una solución más permanente para el caso de los milicianos, podría depender de si el Gobierno pueda garantizar estabilidad política y económica a largo plazo en la región.
También es esencial que los soldados afganos sean lo suficientemente efectivos como para evitar el regreso de los milicianos a las zonas que anteriormente controlaban, sin la ayuda de las tropas occidentales.
Maryah ha sido durante largo tiempo una zona de desarrollo de la insurgencia y una zona lucrativa para el cultivo de la amapola del opio. Los residentes podrían rechazar la ofensiva.
Afganistán produce más del 90 % del opio ilegal del mundo, ingrediente básico para fabricar heroína. A esta industria , las potencias occidentales atribuyen el financiamiento a la insurgencia contra la OTAN y el Gobierno.
Hay otros factores que complican la situación. Muchos de los milicianos, los más buscados de Estados Unidos, operan desde refugios en zonas de la frontera junto a Pakistán. Este, aliado de Estados Unidos, es reacio a perseguirlos pues los ve como una fuerza para contrarrestar la influencia de India en Afganistán. Si eso no cambia, las ofensiva fracasará.