Es Navidad en la ciudad cisjordana de Belén y una vez más no hay sitio ni para un alfiler. “No van a encontrar una sola habitación en Belén”, dice el vicealcalde George Saadeh.
La ciudad recibe la Navidad ‘vestida’ con sus colores festivos: guirnaldas verdes cuelgan sobre las calles angostas y las paredes están adornadas con estrellas.
El árbol de Navidad gigante, decorado con todo tipo de adornos navideños y luces, y coronado por una gran estrella, está a escasos metros de la entrada de la Basílica de la Natividad, donde la tradición muestra que nació Jesucristo. Además está junto a un hospicio franciscano, y donde comienza la Plaza del Pesebre.
Cerca, los comerciantes anuncian sus ofertas: ‘souvenirs’ de la Tierra Santa, incluyendo vírgenes talladas en madera de olivo y pesebres. Parados en las puertas de sus locales, los vendedores imploran una compra. “Por favor, ayúdeme a alimentar a mi familia”, insiste un hombre negándose a aceptar un ‘no’ por respuesta.
La Autoridad Nacional Palestina estima que para fin de año más de dos millones de visitantes habrán pasado por la ciudad bíblica. Alrededor de la mitad de ellos habrá incluso dormido en la ciudad y comido en sus bares y restaurantes, lo cual redundará en beneficio de la economía del lugar.
A pesar de ser tradicionalmente un ícono de la cristiandad, Belén es en realidad muy pequeña y tiene una población de 28 000 personas, de las cuales solo el 27 % es cristiano.
Igualmente, la ciudad cuenta con 31 hoteles, cinco veces más que en 1995, y la construcción continúa. Cisjordania ha experimentado en los últimos meses cierto ‘boom’ económico, pero no todos se vieron beneficiados.
Los niños pequeños extienden las manos al paso de los visitantes en una ciudad afectada por la ocupación israelí.
El vicealcalde Saadeh describe la ciudad, gran parte de la cual está rodeada por un muro de concreto, como una ‘prisión abierta’.
Israel construyó la muralla -parte de su controvertida barrera de seguridad en los territorios palestinos- luego de una serie de ataques suicidas por parte de militantes en Cisjordania.
Los eslóganes que adornan el muro son testimonio elocuente -y no tan elocuente- del sentir local respecto a su existencia.
Julud Daibas, ministra de Turismo palestina, asegura que una vez que se cruza la pared y se entra a Belén, uno ingresa a una “experiencia realmente única”.
A pesar de que miles de personas emigraron en las últimas décadas -por motivos económicos, por la creciente presión de islamistas radicales y por la ocupación israelí- la ministra Daibas insiste en que los cristianos constituyen una parte integral de la sociedad palestina.
“Pasar la Navidad en el lugar del nacimiento de Jesús es una fuente de dicha y orgullo. Es un desafío muy grande promover el turismo hacia Palestina”, dice.
En su opinión, el turismo podría ser una herramienta importante para promover la paz. “Hay un gran potencial, pero está todavía latente. Imagínense Belén, si Belén fuera abierta, si fuera libre”, dice entusiasmada.
Una vez más, los residentes locales centran sus esperanzas en el año que viene. “Espero que la próxima Navidad estemos celebrando sin ocupación”, dijo el gobernador de Belén, Abdel Fatah Hamayel, parado en la sombra que proyecta el muro.
Italia
Millones de euros gastan en cena de Nochebuena
Los italianos gastan al menos mil millones de euros para “il Cenone”, la tradicional cena de Nochebuena que tiene como protagonista al pescado, cuyo consumo alcanzó los niveles máximos del año. La tradición italiana marca que la cena de Nochebuena se la prepara con base en pescado, porque la Iglesia Católica hizo del día previo a la Navidad un tiempo de ayuno y abstinencia de carne. Según las estimaciones de la Asociación Codiretti, que reúne a más de un millón de productores agrícolas, un menú de esta temporada puede llegar a costar los 26 euros. ANSA
México
Calderón hizo la posada con niños sin hogar
Cientos de niñas y niños de estancias infantiles y casas hogar disfrutaron el jueves la tradicional posada navideña con el presidente Felipe Calderón y su esposa, Margarita Zavala, en la Residencia Oficial de Los Pinos. La posada es una fiesta popular que se celebra en México durante los nueve días previos a la Navidad, con piñatas. Durante este acto, el presidente Calderón reconoció “el esfuerzo y dedicación de las organizaciones sociales, de las maestras, padres, así como de las asistentes que día a día dan atención, amor y cariño a las niñas y niños que más lo necesitan. DPA
Alemania
Más hijos se conciben en estos días de Pascua
En Alemania, la Navidad es de verdad la fiesta del amor: en estos días se conciben muchos más hijos que en el resto del año, según un estudio del Instituto Alemán de Investigación Demográfica (BiB) publicado el jueves. Un 9% de los nacimientos de todo el país son en septiembre, justo nueve meses después de la Navidad. Si todos los meses del año fueran igual, el porcentaje debiera ser del 8,3%. Para realizar su estudio, el instituto comparó datos de todos los meses del 2000 al 2009. Pero, incluso, si se analizan datos de hace cuatro décadas se confirma la teoría. DPA
Holanda
Menos relaciones sexuales en la festividad
Durante las fiestas de Navidad el número de relaciones sexuales, se reduce, sobre todo, porque la atención se concentra más en la familia que en la pareja, apunta un estudio de científicos holandeses.
La saturación de comidas y cenas navideñas unido al efecto de elevadas cantidades de alcohol en la sangre provocan dos efectos: menos deseo sexual y que las personas tengan menos tiempo para tener esos momentos de intimidad de las parejas. El análisis, centrado solo en Holanda, asegura que el 70% de holandeses confiesa tener menos relaciones sexuales estos días. DPA