Las inversiones del IESS, históricamente, han inquietado a los afiliados y aún más a los jubilados.Esto es comprensible, en la medida que gracias a los rendimientos de las inversiones ha sido posible realizar aumentos a las pensiones jubilares cada año, así como asegurar el pago de las jubilaciones a los actuales aportantes al Seguro.
Pero a raíz de la reciente reforma a la Ley de Seguridad Social, la preocupación de la clase jubilada en el manejo de los recursos cobró más fuerza.
Dicha reforma establece que los incrementos de las rentas ya no estén supeditados a las inversiones. Ahora se establecen en función del índice inflacionario de los últimos 12 meses.
Esto ha sido rechazado por las distintas asociaciones de jubilados que hay en el país, por lo que exigen que se restituya el texto anterior. Para Abdón Logroño, de la Asociación de Jubilados de Pichincha, con la norma actual, prácticamente, el Estado pagará una contribución mínima por el 40% de los aumentos de las pensiones.
Gabriel Riera, presidente de la Asociación Batalla de Tarqui, defiende la tesis de que los aportes de los afiliados son los que sostienen los regímenes de pensiones y no la inflación.
Anualmente, el Seguro Social tiene ingresos por USD 2 400 millones, de los cuales la mitad destina a inversiones en los sectores públicos y privados.
Pero para que estas inversiones sean las adecuadas, los rendimientos tienen que reflejar el índice de inflación (4,3% al 2009) y la tasa actuarial (4%).
Entre estas dos variables es posible sostener al sistema en el largo plazo. Sin embargo, la reciente aprobación de una línea de crédito de USD 165 millones para el campo Pañacocha, al 5% no reúne estas dos condiciones básicas.
Ramiro González, presidente del Consejo Directivo del IESS, defiende esta tasa, al decir que es mucho mayor a la que se percibe si los recursos estuvieran en el Banco Central al 0,1%.
Y bajo este mismo argumento, en el plan anual de inversiones del 2010 el Seguro Social esta extendiendo sus inversiones en el sector público.
En dicho plan aprobó una compra de USD 1 095 millones en bonos del Estado.
Y a esto se suman líneas de crédito directas para la construcción de proyectos eléctricos, como el de Baba.
Riera añade que este tipo de inversiones no son malas, en tanto aseguren el retorno de la inversión para que el IESS responda con sus obligaciones.
Y, además, estén garantizadas por el pago de una tasa de interés mínima del 7%. Pero como las inversiones son a cinco y más años serán los futuros jubilados los que digan si estas inversiones fueron adecuadas…