Con el descubrimiento de bolas de alquitrán en Texas, la peor marea negra de la historia del país ya afecta a todos los estados de la costa estadounidense del golfo de México, mientras el Gobierno británico se preocupa por la salud financiera de British Petroleum (BP).
Diversos estudios confirmaron anteayer que las bolas de alquitrán que alcanzaron el fin semana las playas de Texas, en Galveston, provenían del derrame de BP.
Desde la explosión de la plataforma Deepwater Horizon el 20 de abril, huellas esporádicas de la marea negra se han encontrado a lo largo de los 791 km de costas de los cinco estados del golfo de México: Luisiana, Misisipi, Alabama, Florida y ahora Texas.
Las bolitas descubiertas en Galveston y en la península de Bolivar son pequeñas: miden entre uno y tres centímetros de diámetro y cubren “menos de 1%” de la superficie de las playas, indicaron ayer las autoridades.
En cuanto a las operaciones de limpieza, los primeros resultados de la intervención de un gigantesco buque taiwanés Una Ballena, llegado el sábado a la zona para separar el crudo del agua resultaban decepcionantes.
Las aguas turbulentas y las tormentas eléctricas amenazaban la realización de ensayos: los resultados son “inconcluyentes por el mar embravecido que tenemos”, lamentó Bob Graham, portavoz de la empresa propietaria del barco, TMT Shipping, cuyo tamaño es de cuatro canchas de fútbol y puede recuperar hasta 500 000 barriles por día de petróleo y agua marina mezclados.
BP, que informó el lunes haber gastado ya USD 3 120 millones en la gestión del desastre, afirmó ayer que el grupo era bastante sólido como para aguantar los costos de la marea negra sin la ayuda de nuevos accionistas. “No emitiremos nuevas acciones”, declaró un portavoz de BP en Londres.
El Gobierno británico anunció, sin embargo, este martes, que estaba preparando un plan de urgencia en caso de que BP -mayor grupo británico antes de haber perdido la mitad de su valor desde abril- se hunda o que otro grupo intente adquirirla.
El portavoz de BP, Mark Proegler, informó que continúan los preparativos para que un tercer buque, el Helix Producer, se una a las operaciones de recolección de crudo derramado con las que espera elevar su capacidad de captura a 53 000 barriles por día, desde los actuales 28 000 bpd.