La mafia calabresa, la ’Ndrangheta, está presente hace tres décadas en Brasil y opera en negocios de lavado de dinero del narcotráfico en ese país, denunció el fiscal antimafia italiano Nicola Gratteri, a la revista Carta Capital.
“En este momento Brasil es permeable a las inversiones de la mafia. Además de la Ndrangheta, en Brasil hay exponentes de la Cosa Nostra, la Camorra y la Sacra Corona Unita”, dijo Gratteri.
El fiscal antimafia de Reggio Calabria ofreció una entrevista junto al investigador y escritor Antonio Nicaso, sobre el libro que escribieron ambos, ‘La Malapianta’, sobre la Ndangheta, la mafia más poderosa de Italia.
Gratteri afirmó que si hasta el momento no fue descubierta “es porque encontró la forma de mimetizarse para invertir con los rendimientos del narcotráfico, mediante actividades económicas y empresariales en nombre de testaferros”.
Dijo que la mafia italiana no es percibida en Brasil en toda su dimensión porque las autoridades políticas y policiales “se presta más atención a la microcriminalidad” en las favelas de Río de Janeiro y Sao Paulo, por ejemplo.
Indicó que las relaciones entre la mafia calabresa y los “microcarteles” brasileños mantienen un “perfil muy bajo”. Agregó que la presión ejercida contra Colombia y México obligó a los narcotraficantes poderosos a utilizar fueros más tranquilos para el despacho de drogas, como los de Brasil.
Recordó que informes de inteligencia en base a testimonios de mafiosos indican que en Brasil los criminales se adecuaron para completar el ciclo de la producción química de cocaína que llega desde Bolivia y Perú.
Mientras tanto, el coautor de ‘La Malapianta’ Antonio Nicaso, sostuvo como ejemplo de la acción global de la Ndrangheta la relación del paramilitar colombiano Salvatore Mancuso con la mafia calabresa.