La imagen de una Lori Berenson rebelde, levantando el brazo izquierdo cuando fue arrestada, hace 15 años, difiere de la apacible mujer que el martes pasado compareció a una audiencia en Lima.
La estadounidense asistió para escuchar un fallo esperado durante muchos años por sus familiares y amigos: la rebaja de la pena de 20 a 15 años.
Berenson permaneció detenida por cerca de 15 años en cárceles peruanas, acusada de colaborar con el terrorismo.
En las próximas horas pasará del centro penitenciario Anexo de Mujeres de Chorrillos a la casa de una amiga, en el distrito Miraflores, sector residencial de Lima.
Allí cuidará a su hijo de 1 año, con quien ha vivido en prisión y trabajará como traductora para una empresa estadounidense, vía Internet.
La madre de Berenson, Rhoda Berenson, se mostró complacida por la decisión de la justicia peruana, que estuvo bajo la presión pública . “Estamos muy complacidos de que la jueza dictaminó que Lori ganó su libertad condicional”, dijo Rhoda Berenson.
“Ella y su bebé pueden comenzar una nueva vida”, agregó.Berenson y su familia sostienen que es inocente y afirman que sólo trabajó con los activistas sociales progresistas y no con el grupo rebelde. La magistrada Jessica León concedió a Berenson, el martes pasado, la libertad condicional. La activista se declaró conforme asintiendo levemente con la cabeza, cuando se le requirió manifestarse. Ahora cumplirá, por terrorismo en libertad condicional, los cinco años que restan de su condena de 20.
El 30 de noviembre de 1995, Lori fue arrestada en un bus público en el centro de Lima. Iba con un comando del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA). Ocurrió después de que la policía antiterrorista descubriera un supuesto plan del grupo subversivo para tomar rehenes en el Congreso peruano y canjearlos por sus compañeros en prisión.
Un tribunal “sin rostro”, utilizando una legislación antiterrorista, la sentenció -en un juicio sumario el 11 de enero de 1996- a cadena perpetua. Al parecer, un soldado encapuchado mantenía una pistola en su cabeza, denunció el Comité para la liberación de Lori Berenson, en la página web www.lorilibre.org/caso.htm.
En el 2001, debido a la presión internacional, su sentencia fue revocada y revisada por un tribunal civil a 20 años de cárcel.
Según la resolución judicial, Berenson cumplió “con los fines de reeducación, rehabilitación y resocialización”. La resolución destacó que Berenson “ha demostrado una conducta abiertamente positiva” en su tiempo en prisión.
Berenson no podrá salir del país ni tener croquis de locales públicos de Perú o listas de autoridades del Gobierno. Tampoco podrá portar armas y deberá acudir al juzgado, una vez al mes, a firmar un cuaderno de asistencia.
Lori siempre sostuvo que es inocente de los cargos emitidos y que nunca fue miembro, menos aún líder del MRTA. También dijo que nunca podría involucrarse en actos terroristas.
El 7 de octubre de 1998, Lori fue trasladada a la Prisión de Socabaya en Arequipa. El Gobierno peruano dijo que la había llevado de la severa prisión de Yanamayo, situada a 4 500 metros de altitud y a unos 1350 km al sudeste de Lima, para demostrar su respeto a los derechos humanos. Permaneció en la prisión de Socabaya hasta el 31 de agosto del 2000, cuando fue trasladada a Lima.