En septiembre del 2010, Daniel Domsheit-Berg escribió sus últimas líneas como portavoz de Wikileaks, en un chat en el que anunciaba que se iba de la organización.
Domsheit-Berg estuvo en el sitio desde el 2007 y rompió abruptamente con Assange. Los entretelones de ese desencuentro se cuentan en su libro ‘Dentro de Wikileaks’, que acaba de salir al mercado.
En el texto, el periodista de origen alemán cuenta que dejó atrás “unos años muy intensos, los más intensos de mi vida”.
Durante esos años, él fue el brazo derecho de Assange, creador del portal que los últimos años ha desatado la histeria de la comunidad internacional, con EE.UU. a la cabeza.
En este período, él fue una pieza fundamental en el desarrollo, despegue y consolidación de la plataforma que ha cambiado la forma en que los gobiernos y grandes corporaciones presentan su verdad.
Wikileaks fue creado para dar a conocer al mundo los entresijos de gobiernos, empresas y organizaciones en su lucha por ejercer y mantener el poder. La idea original, señala Domsheit-Berg, consistía en la transparencia absoluta de la información y el derecho de los ciudadanos a conocerla. Pero con el tiempo ese criterio fue mutando y se volvió el punto de quiebre con Assange, a quien el alemán califica como megalómano y paranoico. Un hombre convertido en una estrella, deslumbrado por la exposición en los medios.