Si hay algún elemento visual, iconográfico y cromático que caracterice a los Países Bajos quizás sea, además de los lienzos de sus más renombrados artistas, el parque floral de Keukenhof, bautizado como ‘el jardín de Europa’: con 7 millones de bulbos plantados cada año, una gigantesca alfombra multicolor de flores, especialmente tulipanes, que se prepara ya para una nueva temporada.
El próximo 22 de marzo, justo un día después de que comience la primavera (boreal) según el calendario, reabrirá puntualmente sus puertas el parque de Keukenhof, situado cerca de la localidad de Lisse, entre Ámsterdam y La Haya.
Todo un regalo para la vista, el olfato y, en general, los cinco sentidos. Se trata del jardín floral más grande del planeta: cerca de 32 hectáreas de un manto multicolor -especialmente de tulipanes- de todas las clases, la flor quizás más característica del país del Benelux. Y es que Holanda es el mayor exportador de flores frescas cortadas del mundo, seguida, entre otro países, por Colombia, Israel y Ecuador.
Hasta mediados de mayo próximo, el visitante o curioso que se acerque por la región, en la provincia del Holanda del Sur, podrá, además de regalarse la vista con la paleta de colores del paisaje, disfrutar de los monumentos y la gastronomía de la región de Duin en Bollenstreek (la zona de las dunas y los bulbos). “Keukenhof es a Holanda lo que el ‘Big Ben’ es a Gran Bretaña o la torre Eiffel a Francia”, asegura un comentario de la radiotelevisión pública holandesa (NOS), que ya comienza a preparar la cobertura del Festival Keukenhof 2012. Y es que Keukenhof es mucho más que un simple jardín floral.
Coincidiendo con el inicio de la nueva temporada de primavera-verano, se organizan este año múltiples actividades, entre ellas la visita del castillo de Keukenhof, construido en 1641, en cuyo jardín se podrá disfrutar de una “exclusiva exposición” con obras del pintor y escultor holandés Karel Appel (1921-2006), uno de los fundadores del movimiento CoBrA.
En esta edición, las actividades culturales tendrán carácter casi monográfico, con Polonia como país invitado bajo el lema “Polonia en el corazón de Europa”, que incluye numerosos conciertos de música clásica con obras de Chopin en los jardines del castillo.
Aparte del romanticismo y el encanto que pueda tener la muestra, existe una razón de peso en la elección: Polonia se ha convertido en los últimos años en uno de los destinos más importantes de las exportaciones de flores holandesas y cada año se incrementa el número de turistas polacos que llegan hasta Keukenhof.
Además del encanto propio del lugar, a nadie se le escapa que detrás de Keukenhof existe una amplia maquinaria de mercadeo y publicidad, que, a la postre, aporta pingües recursos económicos al parque.
De hecho, desde que la cadena estadounidense CNN lo incluyó en su listado de “destinos imprescindibles de 2012”, los organizadores se frotan ya las manos. Aunque oficialmente se reabre al público en apenas dos semanas, los expertos coinciden en que para contemplar los tulipanes en su máximo esplendor es mejor esperar hasta mediados de abril, siempre, teniendo en cuenta que en Holanda todo depende del tiempo, muy variable, incluso en primavera.
El terreno en el que se halla el parque era un coto de caza en el siglo XV. Desde aquella época el lugar ya era famoso por las virtudes de sus jardines, en concreto de sus hierbas medicinales. De hecho, según la página web, originalmente el nombre significa el lugar donde se preparaban hierbas para la cocina del castillo (Keuken-hof).
El jardín actual fue creado en 1949 por el que entonces era alcalde de Lisse con la idea de que sirviera como terreno de exposición para que los cultivadores de Holanda y Europa pudieran mostrar sus producciones y, de paso, potenciar las exportaciones de flores holandesas.