Irán hizo una aparente concesión sobre su programa nuclear, pero grandes potencias expresan escepticismo y analistas dicen que la medida podría ayudarle a dividir a la comunidad internacional y a evitar nuevas sanciones planeadas en la ONU.
Teherán acordó con los mediadores Brasil y Turquía enviar parte de su uranio al extranjero, reviviendo un plan esbozado por la ONU para intercambiar combustible. Pero aclaró que no tenía intenciones de suspender el enriquecimiento de uranio que Occidente sospecha tiene por propósito producir bombas.
“No hay relación entre el acuerdo de intercambio y nuestras actividades de enriquecimiento”, señaló Ali Akbar Salehi, jefe de la Organización de Energía Atómica de Irán. En febrero, Irán lanzó los trabajos para enriquecer uranio a un 20% de pureza. Se necesita un mayor enriquecimiento para fabricar armas.
El canciller de Turquía, Ahmet Davutoglu, consideró al acuerdo como un “punto de inflexión histórico”. Mientras que el primer ministro turco, Tayyip Erdogan, dijo que ahora no había necesidad de más medidas punitivas contra Irán, haciendo eco a un comunicado de Brasil.
El subsecretario de Asuntos Exteriores británico, Alistair Burt, indicó que Irán tiene la obligación de asegurar a la comunidad internacional que sus intenciones son pacíficas.
La Cancillería francesa adelantó que el acuerdo no resolvería las preocupaciones de fondo. “No nos engañemos, una solución (…), si sucede, no hará nada para solucionar el problema que plantea el programa nuclear iraní”, expresó el portavoz Bernard Valero.
El presidente ruso, Dmitry Medvedev, mostró una preocupación similar. “Una pregunta es: ¿Irán enriquecerá uranio por sí mismo? Por lo que yo entiendo de funcionarios de ese Estado, ese trabajo va a continuar. En este caso (…) podrían seguir esas inquietudes que tuvo previamente la comunidad internacional”.
Analistas sostienen que el acuerdo podría permitir a Irán evitar nuevas y más duras sanciones y ayudar al liderazgo a reafirmar su autoridad tras meses de disturbios y oposición que siguieron a las elecciones presidenciales de junio del 2009.
Para un portavoz de la Comisión Europea el acuerdo puede ser un paso en la dirección correcta, pero es necesario ver detalles.
Lula, Erdogan y el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, lograron el acuerdo luego de horas de negociaciones en Teherán.
Tanto Turquía como Brasil son miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Irán informó que acordó enviar 1 200 kilos de su uranio poco enriquecido a Turquía dentro de un mes y recibirá a cambio, en un año, 120 kilos de combustible nuclear enriquecido al 20% que será usado en un reactor de investigación médica.
Irán, que asegura que su programa atómico es para fines pacíficos, había insistido previamente en que dicho intercambio debía tener lugar en forma simultánea y en su territorio. El presidente de Brasil, Lula da Silva, subrayó que el acuerdo constituye una victoria de la diplomacia. “Fue una cosa extraordinaria. Creo que fue una respuesta de que es posible, con diálogo, construir la paz, construir el desarrollo”.
Washington, que ha liderado el esfuerzo por imponer nuevas sanciones con el apoyo de Rusia y China, miembros del Consejo de Seguridad, aclaró que EE.UU. y sus aliados mantienen serias preocupaciones sobre el programa nuclear de Irán.
El acuerdo de canje de combustible nuclear negociado por Turquía y Brasil es “alentador”, pero Teherán debe cumplir las resoluciones del Consejo de Seguridad, dijo Martin Nesirky, portavoz del jefe de la ONU, Ban Ki-moon.