El impacto de la limpieza será mínimo

Un daño general. El personal de BP ayuda en las tareas de recuperación de la fauna marina. La mancha desde el cielo es inmensa.

Un daño general. El personal de BP ayuda en las tareas de recuperación de la fauna marina. La mancha desde el cielo es inmensa.

A pesar de la masiva operación de limpieza, los expertos advierten que solo se recuperará una pequeña porción del petróleo derramado en el Golfo de México tras el hundimiento de la plataforma de BP el 22 de abril.“El petróleo está ahí afuera y ahí afuera se quedará”, indicó la bióloga marina Lisa Suatoni del Consejo estadounidense de Defensa de Recursos Naturales. “Las estadísticas no son para nada alentadoras en cuanto a limpiezas de derrames petroleros. Generalmente logra limpiarse menos del uno por ciento”, aseguró.Incluso en el caso del provocado por el buque Exxon Valdez en 1989 -donde miles de millones de dólares se gastaron durante años en limpiar las aguas de Prince William Sound- solo se recuperó entre 7 y 10% del crudo.Mientras que un importante porcentaje del petróleo del Valdez se dispersó naturalmente, la costa aún muestra bolsas de petróleo que se hundieron en zonas de baja oxigenación, que siguen con sus altos índices de toxicidad.Por eso, cada vez que un animal excava en el lugar equivocado o que una tormenta agita las aguas, más petróleo sufre el mismo proceso y todo el ecosistema sufre las consecuencias.La propia naturaleza del derrame del Golfo de México hace imposible una recuperación significativa, indicó Tony Wood, experto en derrames de la Texas A&M University Corpus Christi. La fuga de petróleo empezó el 22 de abril y se ubica a 1 500 metros de profundidad, en el pozo averiado al hundirse la plataforma de British Petroleum (BP) a unos 80 kilómetros de la costa del sureño estado de Luisiana.Antes de llegar a la superficie se divide en partículas más pequeñas. Las duras condiciones del clima también colaboraron en la división de la densa marea en fragmentos que se expanden cientos de millas en el mar abierto. Más de 39 millones de litros de agua empetrolada fueron recolectados y quemas controladas también lograron remover algo del crudo. La presión es enorme ya que el derrame amenaza los humedales de las tierras bajas -donde la recuperación es casi imposible y el impacto medioambiental será devastador, según expertos. Debido a ello aprobaron el uso de químicos dispersantes para mantener la mayor parte del petróleo lo más lejos posible de la costa. “Si el crudo es dispersado, entonces no se está intentando recogerlo, se está procurando dispersarlo en pequeñas partículas para que las bacterias puedan actuar”, indicó Wood. “Por supuesto las fracciones tóxicas siguen allí, tanto del petróleo como de los dispersantes”. La Agencia de Protección Medioambiental indicó en repetidas ocasiones que mientras los dispersantes llegan a la costa, son mucho menos perjudiciales que la llegada de la marea negra, en densas y pegajosas pelotas que pueden matar la fauna y la flora.Pero los medioambientalistas, científicos y pescadores plantearon su preocupación ante el uso del dispersante diciendo que se estaría creando una sopa tóxica en hábitats frágiles, sencillamente alejando el peligro de la marea negra de la vista de la costa. Parte del derrame ya ha ingresado a la corriente del Golfo que lo transportará más allá de la península de Florida, quizás hasta el Océano Atlántico. Pero si bien parte del crudo se dispersará, “no va a desaparecer” y tendrá un impacto significativo en la vida marina, dicen expertos.

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