Cada día se difunden noticias más desgarradoras. Hasta ayer, 19 de abril, el hundimiento de un ferry frente a las costas de Corea del Sur había causado 29 víctimas y 273 personas siguen desaparecidas en medio del dolor de sus familiares.
Desde la mañana del miércoles, cuando se produjo el naufragio, no ha aparecido ningún pasajero con vida. Los 174 sobrevivientes fueron recuperados con gran rapidez después del naufragio del Sewol, en el mar o cuando estaban saltando del ferry.
La embarcación transportaba a 476 personas, incluyendo 352 estudiantes de una escuela del sur de Seúl en viaje escolar.
Las personas a bordo recibieron la orden de no moverse de sus asientos durante más de 40 minutos, según testimonios de algunos sobrevivientes. Cuando el ferry empezó a hundirse por la popa ya era demasiado tarde, los pasajeros no conseguían trepar a lo largo de los pasillos casi a la vertical mientras entraba el agua. Los expertos aseguran que la evacuación tardía hizo perder un tiempo muy valioso.
El capitán debe responder por cinco cargos, incluyendo negligencia y violación del derecho del mar. También le reprochan que abandonara el barco dejando a cientos de personas atrapadas a bordo.
El director adjunto del establecimiento escolar donde estudiaban los adolescentes que iban a bordo del ferry siniestrado, que sobrevivió, apareció ahorcado el viernes en lo que parecía un suicidio.