Redacción Mundo,
Agencias
Tradicionalmente en China la mayoría de las familias prefieren tener niños en lugar de niñas. Esto se debe a que una política oficial, implementada en 1950, les permite tener un solo hijo.
Los orfanatos estaban llenos de niñas porque la política del hijo único junto a la idea de que era mejor tener un niño, no favorecía la existencia de niñas.
Sin embargo, según algunos estudios, siglos y siglos de una mentalidad cultural basada en esa preferencia, han comenzado a cambiar.
Cada vez más familias prefieren tener niñas, particularmente en las grandes ciudades.
La razón tiene que ver con los cambios económicos y sociales que vive el país, e incluso con factores tan específicos como el alto costo de las viviendas.
El crecimiento económico creó más oportunidades para las mujeres, en especial en las ciudades (en donde hubo un boom del sector inmobiliario y los precios de las viviendas subieron hasta en un 70% ).
El aumento de ingresos derribó las razones tradicionales para preferir al hombre, como la de que ganan más dinero.
En las ciudades las parejas piensan, como en occidente, que serán las niñas las que cuiden de ellos en su vejez.
En el campo, el gobierno concede subvenciones mensuales a las niñas facilitando así su acceso a los estudios.
Resulta mucho más caro educar y casar un hijo. La costumbre es que los padres del novio compren el departamento para el nuevo matrimonio.
La ventaja de tener hijos varones en una sociedad fundamentalmente rural era que éstos podían ayudar a los padres en las labores del campo.
Sin embargo, la preferencia por el hijo hombre causó un gran desequilibrio de género en el gigante asiático. Millones de hombres no consiguen encontrar una esposa. Ya existe el tráfico de mujeres. En algunos lugares hay seis hombres para cada mujer. La proporción natural niños-niñas es 105-100. En China es de 118-100. Dejando al margen el de abortar a las niñas por ser niñas, un índice que deja a 18 chicos sin una chica.
Según un informe reciente del Banco Mundial, la preferencia por el hijo hombre alcanzó su nivel máximo durante 1995. Desde entonces ha caído hasta tal punto que dentro de poco tiempo tendrá una representación minoritaria dentro de las familias chinas.
En algunas zonas rurales, sin embargo, se mantiene la preferencia por los hombres.