Hay drogas que no se fuman, se descargan

Era lo que nos faltaba por ver a través de la Web: los jóvenes ya no solo pueden conseguir drogas por Internet (en el mercado negro ‘on line’), ahora pueden descargarlas.

Después de leer varios sitios, de los cuales algunos ya las califican como nuevo fenómeno entre los jóvenes, me quedó claro que no se trata de ninguna sustancia para inyectar, oler o fumar, sino de un archivo que los chicos pueden escuchar en su computadora o iPod como si fuera una canción en mp3.

La explicación que dan los científicos es que este invento se basa (y lo cito textualmente por temor a equivocarme) en “los latidos binaurales, un fenómeno neurológico que consiste en emitir sonidos distintos en cada oído y que estimula el cerebro, produciendo sensaciones de euforia, estados de trance o de relajación, según aseguran quienes las consumen” (1).

En Francia ya se empiezan a conocer bajo el nombre de ‘e-drugs’ o drogas digitales sonoras. Al tratarse de algo tan reciente, aún se desconocen los potenciales efectos sobre quienes las consuman.

Las ‘dosis’ consisten en 15 , 20 ó 30 minutos de zumbidos, que se pueden descargar de varios portales especializados a unos precios que oscilan entre los USD 15 y los USD 180 y que transportan a los usuarios a unas sensaciones fuera de lo común.

Y no es por asustar a mis amigos lectores que tienen hijos adolescentes o jóvenes, pero realmente se vuelve un peligro que ya existan sitios que ofrecen descargas gratis de este tipo de archivos (ahora, nada descarta que pueda ser una trampa para esconder virus u otros ‘malwares’).

Un reporte de la revista estadounidense Wired refiere que, a diferencia de las sustancias psicotrópicas convencionales que se encuentran en la calle y se aprenden a consumir con amigos, estos vienen con su propio manual de instrucciones, con la finalidad de que el usuario alcance sensaciones de euforia fuera de lo normal (2).

En esta era globalizada ya no podemos decir que eso demorará “años” en alcanzar a los de acá. Por eso no estaría demás sentarse en familia frente al computador y conversar sobre lo que se dice al respecto de las ‘e-drugs’ o ‘i-dosing’, porque los riesgos pueden ser muchos. La posibilidad de que, luego de una descarga gratuita la página de descarga solicite el número de una tarjeta de crédito que puede ser utilizada para llevar a la bancarrota al propietario puede ser solo el peligro más leve en esta ‘e-moda’.

Por si le interesa:(1) www.eluniversal.com.mx/articulos/60178(2) www.wired.com/threatlevel/2010/07/digital-drugs/

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