Los piratas informáticos intensificaron ayer su campaña contra los intentos de silenciar a Julián Assange. Mientras, su portal Wikileaks, ajeno a los ataques, continuó publicando comprometedores cables diplomáticos de EE.UU.
El australiano, de 39 años, pasó su primer día en la prisión londinense de Wandsworth, después de que el juez encargado del proceso de extradición solicitada por Suecia en un caso de presuntos delitos sexuales le denegara la libertad bajo fianza.
fakeFCKRemovePocas horas después, un grupo de ciberactivistas llamado AnonOps (o Anonymous) intensificó su operación Payback. Lo hizo con ataques a los portales de la entidad suiza Postfinance y a la estadounidense Mastercard, en represalia por el cierre de los medios de financiación de Wikileaks. Ambas compañías confirmaron que estaban experimentando problemas de sobrecarga.
“Los intentos de silenciar a Wikileaks constituyen grandes pasos hacia un mundo en el que no podemos decir lo que pensamos (…) No podemos permitir que eso ocurra”, explicaron los activistas en su página anonops.net.
Otros blancos han sido el popular portal de pagos por internet PayPal, que también clausuró la semana pasada la cuenta de Wikileaks. Además, las páginas de la Fiscalía sueca y de los abogados que representan a las dos mujeres que acusan a Assange de “violación y agresión sexual”.
Wikileaks indicó que no tenía nada que ver con los ‘hackers’. “No estamos asociados con ellos y esta es una decisión de ellos. Deduzco que es una respuesta de consumidores”, declaró a la AFP el portavoz del portal, Kristinn Hrafnsson, en Londres.
Por otra parte, una sociedad islandesa que permitía a Wikileaks recibir donativos, DataCell, anunció el miércoles que se querellaba contra el grupo de pago con tarjeta bancaria Visa por haber bloqueado sus depósitos.
Wikileaks y Assange recibieron este miércoles otro respaldo importante, el de Geoffrey Robertson, un reputado jurista anglo-australiano especializado en derechos humanos y libertad de expresión que participó, entre otros, en el caso contra el ex dictador chileno Augusto Pinochet.
Robertson se unió a la batalla legal para evitar la extradición de Assange en la vista prevista para el próximo 14 de diciembre. El hijo del acusado, Daniel Assange, de 20 años, rompió el silencio este miércoles desde Melbourne en la red social Twitter para pedir un trato justo y “apolítico” para su padre, esperando que la detención no sea una “etapa hacia su extradición a Estados Unidos”.
El Gobierno sueco volvió a negar cualquier contacto con autoridades estadounidenses, que han convertido a Assange en su enemigo público número uno desde el inicio de la publicación, el 28 de noviembre pasado, de unos 250 000 cables confidenciales del Departamento de Estado.
Además, el mundo se muestra perplejo por la caza a la que ha sido sometido por la acusación por delitos sexuales que se investiga. El australiano dijo que las relaciones fueron consentidas, pero en el terreno de las relaciones sexuales, un no en Suecia tiene mucho más peso que en otros países.
Para muchos se trata de una conspiración de la CIA contra Assange, que se ha convertido en ‘non grato’ por las revelaciones de Wikileaks. En Estocolmo, algunos consideran que la detención en Londres, tres meses después de ser acusado de violación, es una consecuencia lógica de un proceso por un delito sexual, ya que cuando una de las partes no consiente la relación, el caso puede ser constitutivo de delito.
Claes Borgström, el abogado de las dos mujeres que a mediados de agosto presentaron una denuncia contra Assange ante la Policía, pasó a la ofensiva, después de que el australiano fuese detenido. Sobre la declaración de Assange de que las dos mujeres mantuvieron relaciones en común acuerdo y que son manipuladas desde fuera, Borgström afirmó: “Miente cuando asegura que mis clientas son parte de un conspiración en su contra y en contra de Wikileaks dirigida por los Estados Unidos”.
“Existen nuevos métodos para obligar a alguien a mantener relaciones sexuales contra su propia voluntad. Y eso lo pueden afirmar miles de mujeres”. El abogado no ofreció detalles, pero confirmó por primera vez de forma indirecta que las acusaciones giran en torno a haber mantenido relaciones sexuales sin condón en contra de la voluntad de ambas.
“Se trata de dos mujeres normales suecas, que admiraban a Assange por su trabajo”, comentó el abogado Borgström.