El disidente cubano Guillermo Fariñas abandonó ayer una huelga de hambre y sed de 135 días. Lo hizo cuando comenzó el operativo de liberación de los primeros cinco de los 52 opositores que el Gobierno aceptó excarcelar tras la mediación de la Iglesia.
Internado en la sala de terapia intensiva en el hospital de la central ciudad de Santa Clara, Fariñas empezó a ingerir agua, en medio del júbilo de 30 opositores. Estos fueron a convencerlo que dejara el ayuno tras el anuncio oficial de las excarcelaciones.La Iglesia Católica informó el miércoles que cinco presos serán liberados “en las próximas horas” y viajarán en breve a España. Los otros 47 saldrán en un plazo máximo de cuatro meses y también podrán salir del país, según comunicó el presidente Raúl Castro en un encuentro con el cardenal Jaime Ortega y el canciller español Miguel Ángel Moratinos.
Fariñas, periodista y psicólogo de 48 años, inició su ayuno el 24 de febrero -un día después de la muerte del preso opositor Orlando Zapata tras 85 días de huelga de hambre- para exigir la liberación de 25 presos políticos enfermos, por lo que el compromiso del Gobierno supera su demanda. “Esta confrontación entre demócratas versus antidemócratas no tiene vencedores ni vencidos, sino que ha ganado Cuba”, afirma Fariñas en un comunicado con su firma, que sus colaboradores mostraron tras el vidrio de la sala de terapia del hospital.
Los 52 opositores son los que quedaban presos de un grupo de 75 condenados en 2003 a penas de 6 a 28 años, y su futura liberación -la mayor en una década- es fruto del diálogo instalado por Raúl Castro y Ortega el 19 de mayo, que como primer resultado dejó en junio la excarcelación de un preso enfermo y el traslado de otros 12 a cárceles en sus provincias.
“Creo que podemos salvar a Guillermo Fariñas porque ya ganó”, dijo el opositor Héctor Palacios, uno de los 75 y excarcelado en 2006 por razones de salud, quien lo acompaña en el hospital.
Desde La Habana, mientras tanto, el cardenal Ortega llamó por teléfono a los cinco que serán liberados en primera instancia: Antonio Villarreal, de 60 años, Léster González (33), Luis Milián (40), José Luis García (45) y Pablo Pacheco (40).
La Iglesia identificó también a otros seis que son trasladados a prisiones en los sitios donde viven sus familias, a la espera de su liberación, con lo que el Gobierno empezó a ejecutar el compromiso asumido.
Antes de partir de Cuba el miércoles, Moratinos afirmó que su país está dispuesto a recibir a los 52 liberados -con sus familias-, quienes podrían volver a Cuba con permiso especial y no perder sus propiedades en la isla, según le garantizó Raúl Castro.
Los cubanos estaban ajenos a los hechos, pero ayer en un hecho inusual, la prensa local, incluido el diario oficial Granma, informó de las excarcelaciones.
“Es un gran paso de avance para el Gobierno. La Iglesia pudo convencerlo de que esas medidas son un poco molestas para la población”, comentó en una plaza de La Habana José Valdés, un químico de 50 años. Afuera la reacción no se hizo esperar.
La muerte de Zapata y el ayuno de Fariñas hizo de Cuba blanco de críticas de su histórico enemigo Estados Unidos y de la Unión Europea (UE), que en 2003 impuso sanciones a Cuba por el caso de los 75 y las derogó en 2008 por gestión de España.
EE.UU., Francia, Italia, Polonia, Costa Rica, Chile y organismos como Amnistía Internacional saludaron la decisión, pero insistieron en demandar la liberación de todos los reos políticos, 167 según la disidencia.