La situación de las islas Galápagos es seguida de cerca por Estados Unidos. El manejo de las islas es parte de los seguimientos que realizan los funcionarios diplomáticos estadounidenses en el Consulado y la Embajada, en Quito y Guayaquil, respectivamente.
Eso se desprende de la revisión que este Diario hizo de 13 cables que esas delegaciones diplomáticas enviaron entre el 2004 y el 2008 al Departamento de Estado. En esos despachos se describen los problemas que enfrenta el archipiélago y la forma como han sido enfrentados por los tres últimos gobiernos. Son una constante, por ejemplo, las alertas sobre las presiones de diferentes sectores (pesquero y turístico, por ejemplo) para que las autoridades cedan a sus intereses, comprometiendo el frágil y único ecosistema de las islas.
Sin duda, la etapa más caótica –detallada en los telegramas- se desarrolló entre el 2004 y el 2005. El cable 25297, enviado el 12 de enero del 2005 a Washington, es el que más evidencia esa volátil y delicada situación. “Huelgas violentas, inestabilidad, degradación de la conservación y politización han estado presentes el último año en Galápagos”, señala el telegrama, que no oculta sus temores de que “el entonces ministro de Ambiente, Fabián Valdivieso, permitiera la pesca abierta en la reserva marina”.
Por eso, añade el documento, el año pasado en Galápagos “fue trágico”. La inestabilidad de los directores ha afectado el control del parque y virtualmente paralizado el monitoreo de la reserva marina. “La administración de Lucio Gutiérrez ha explotado políticamente el parque con el fin de obtener votos de otros partidos políticos en busca de su apoyo”.
A inicios de enero del 2004 los pescadores restringieron el acceso al parque y a la estación Charles Darwin, por la decisión de regular la pesca de pepinos de mar, en peligro de extinción. En mayo este mismo sector volvió a protestar por las regulaciones, lo que en junio desembocó en una violenta paralización, que afectó todas las actividades, especialmente en la isla Española. En septiembre, los empleados del Parque Nacional Galápagos también fueron a una huelga, protestando por el reemplazo del director del Parque, sustituido por alguien cercano al sector pesquero.
Para aplacar la protesta, a fines de septiembre el entonces ministro de Ambiente, Fabián Valdivieso, anunció que el director del parque, Fausto Cepeda, había sido reemplazado por Víctor Carrión, indica el cable 21069, despachado el 28 de septiembre.
La remoción de Cepeda -agrega el telegrama- es un claro intento por desactivar el paro y el continuo tumulto político causado por la destitución del anterior director, Edwin Naula, quien fue un aliado del PSC, principal partido de oposición. “El nombramiento de Cepeda se había concretado para asegurar la lealtad al gobierno de Gutiérrez del diputado independiente Vinicio Andrade, quien representaba a Galápagos, y era conocido por su cercanía a los intereses de los pescadores”.
“La Embajada está promoviendo activamente una comisión independiente que sea transparente y políticamente neutral”, para designar al nuevo Director.
En los ocho años precedentes a la administración de Gutiérrez, el Parque tuvo un solo director. “Los últimos dos años (2004-2005) han habido 10 directores, cuatro de septiembre a diciembre”, destaca el informe.
El 30 de noviembre del 2004, la embajadora Kristie Kenney envió el cable 23429, donde indica que regularmente “le hala la oreja al Presidente por los temas referentes a Galápagos”, expresándole la exasperación internacional sobre la manera en que su administración ha manejado las islas, sin tomar medidas adecuadas para estabilizar la situación, lo que mantiene preocupados a los donantes (ver nota lateral).
Las consecuencias de ese manejo errático llegaron los siguientes meses.
A mediados de abril del 2005, el delegado de la Unesco, Franceso Bandarín, vino al Ecuador y se reunió con algunos representantes de cooperantes internacionales de Galápagos, y funcionarios del Gobierno, a quienes les comentó que pediría una evaluación técnica sobre la conservación del archipiélago, que estaba en riesgo de entrar a la lista de patrimonios en peligro (cable). Esa amenaza fue ratificada en la reunión de la Unesco, realizada en julio de ese año en Sudáfrica, donde se observó que había un proceso sostenido de deterioro en los esfuerzos de conservación del Parque Nacional, según indica el cable 37924, fechado el 3 de agosto del 2005.
Eso ocurrió en el gobierno de Alfredo Palacio. Tampoco se tomaron acciones oportunas para impedir la decisión más drástica de la Unesco, que estaba analizándose: en junio del 2007, las islas fueron incluidas en la lista de patrimonios de la humanidad en peligro, debido, entre otras causas, al turismo masivo y la inmigración descontrolada, el ingreso de especies invasoras, y el manejo errático del Parque.
Los siguientes meses, el Régimen actual ejecutó una serie de acciones que redundaron en el retiro de las islas de esa lista internacional, el 29 de julio del 2010.
La población
Las Galápagos fueron declaradas parque nacional en 1959, protegiendo así el 97,5% de la superficie terrestre del archipiélago. El área restante es ocupada por asentamientos humanos que ya existían en esa época.
Para entonces, aproximadamente unas 2 000 personas vivían en cuatro islas. En 1972 un censo determinó que 3 488 personas vivían en Galápagos.
Actualmente, se estima que en las islas viven, al menos, 24 000 personas. El crecimiento de la población se estima en un 6% anual, por lo cual para el 2014 la población llegaría a las 40 000 personas, lo cual es inmanejable por la falta de servicios. Y por la grave amenaza al ambiente.