Decenas de miles de fieles musulmanes rezaron sobre la explanada de las Mezquitas en Jerusalén, en el primer viernes del Ramadán, bajo alta vigilancia policial israelí que había desplegado 2 000 efectivos en Jerusalén Este.
“Hemos desplegado 2 000 policías para afrontar cualquier eventualidad. No se señaló ningún incidente al terminar la oración”, precisó, y calculó en 80 000 la cantidad de fieles.
Como todos los años, la Policía previno la participación de varias decenas de miles de musulmanes en la oración en la mezquita Al Aqsa, así como en la explanada. Por lo general, Israel prohíbe a los palestinos de Cisjordania y de la franja de Gaza el acceso a Jerusalén Este, anexionada luego de su conquista en 1967, así como al territorio israelí, tras imponer un bloqueo hace unos años.
Sin embargo, algunas categorías de palestinos de Cisjordania ocupada han sido autorizados a acudir a la mezquita Al Aqsa con ocasión del mes de ayuno musulmán del Ramadán.
La explanada de las Mezquitas se ubica en la Ciudad Vieja, en el sector oriental (árabe) de Jerusalén. En el sitio se encuentra la Cúpula de la Roca y la mezquita Al Aqsa, tercer lugar santo del islam después de La Meca y Medina. Es también el lugar del Templo Bíblico destruido en 1970 por los romanos, y linda con el Muro de los Lamentos, principal lugar de peregrinaje judío.
Mientras que en Egipto las tijeras se ensañaron este año más que nunca contra las series del mes del Ramadán, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que apoya el plan de los musulmanes de construir una mezquita en Nueva York, proyecto que fue blanco de críticas por su proximidad al sitio donde ocurrieron los atentados del 11 de septiembre de 2001.
“Como ciudadano, y como Presidente, creo que los musulmanes tienen el mismo derecho de practicar su religión como cualquiera en este país”, señaló Obama durante una cena de Iftar, la comida con que se rompe el ayuno durante el mes sagrado del Ramadán, realizada en la Casa Blanca, el viernes.