El dominical News of the World publicó un video en el que Sarah Ferguson aceptaría “vender” por 500 000 libras (unos 720 000 dólares) su acceso privilegiado al duque de York, segundo hijo de la reina Isabel II, a un periodista del semanario que se hizo pasar por un rico hombre de negocios.
Desde el 2001, el príncipe Andrés es representante especial del Reino Unido para el comercio internacional y las inversiones. Tras la publicación del informe, la duquesa, conocida como ‘Fergie’, se disculpó y dijo que el príncipe Andrés (al que sigue siendo allegada tras su divorcio, en 1996) no estaba al tanto de los encuentros.
El escándalo sorprendió a la duquesa en el Festival de Cine de Cannes, mientras asistía a la fiesta del cumpleaños de la modelo Naomi Campbell.
“Lamento profundamente esta situación”, dijo Ferguson en un comunicado. “Es cierto que mi situación financiera es complicada, sin embargo, no es una excusa por este serio error de juicio y lamento profundamente que esto haya sucedido”, explicó. “Ofrezco disculpas por mis acciones”.
El asunto ha sido censurado incluso por parte de una integrante del nuevo Gobierno británico, en un gesto de crítica a los Windsor, que no tiene precedentes. La funcionaria del Ministerio del Interior, la liberal demócrata Lynne Featherstone, calificó el hecho de “deprimente”. Para la secretaria de Estado y otros ciudadanos, las maltrechas finanzas de Sarah no pueden ser excusa para justificar el tráfico de influencias y soborno.