Evo Morales, presidente de Bolivia, ha desatado de nuevo la polémica al asegurar que el consumo de alimentos modificados genéticamente provoca calvicie y que los pollos engordados con hormonas son la causa de la homosexualidad.
El Presidente comenzó contando la experiencia de una niña de pocos meses, cuyo físico fue presuntamente afectado porque la madre consumió durante el embarazo pollo engordado artificialmente.
“El pollo que comemos está cargado de hormonas femeninas. Por eso, cuando los hombres comen esos pollos tienen desviaciones en su ser como hombres”. Las carcajadas no se hicieron esperar, pero tampoco el enojo de las vendedoras de pollos, cocinados en las más diversas formas en Tiquipaya.
Quizá habría que preguntarle a Morales ¿qué hormonas consumían en la Grecia clásica, hogar de escritores como Herodoto, Platón, Jenofonte y muchos otros que exploraron el amor homosexual?
Morales ofreció disculpas a los embajadores europeos antes de lanzar sus críticas a los alimentos transgénicos, supuestos culpables de la calvicie. “La calvicie, que parece normal, es una enfermedad en Europa, casi todos son calvos. Y es por las cosas que comen. Mientras, en los pueblos indígenas no hay calvos”, afirmó. Y sacudió su melena para mostrar que no padece alopecia.