La reunión de cancilleres convocada por la Organización de Estados Americanos (OEA) para abordar el conflicto fronterizo entre Nicaragua y Costa Rica este martes se anuncia de bajo perfil. Solamente tres ministros habían confirmado su asistencia hasta ayer, según fuentes diplomáticas.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, no asistirá al encuentro; tampoco su adjunto para América Latina, Arturo Valenzuela, de gira estos días precisamente por América Central, según confirmó una fuente del Departamento de Estado a la AFP.
Mientras tanto, la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, calificó de enemigo al Gobierno de Nicaragua y rehusó encontrarse con su colega Daniel Ortega si no es con testigos, según una entrevista divulgada este lunes.
Al referirse a una autorización dada por el Congreso costarricense para el arribo de barcos y aeronaves de guerra de Estados Unidos, Chinchilla afirmó que este tema está siendo utilizado por “nuestros enemigos, muy particularmente Nicaragua” para atacar a Costa Rica.
Es la primera vez que la gobernante utiliza este término en referencia al Gobierno nicaraguense, desde que a fines de octubre estalló el conflicto por la disputa de una franja de territorio fronterizo en el litoral Caribe.
De otro lado, la OEA destacó ayer la normalidad y tranquilidad de las elecciones municipales costarricenses del domingo, pero alertó sobre la necesidad de mejorar la participación ciudadana. Se caracterizaron “por un alto nivel de credibilidad”, señaló la Organización tras el envío de una misión de observadores al país centroamericano.
A juicio de la OEA, las terceras elecciones municipales en la historia del país registraron un leve incremento de participación, pero la abstención del 72% “constituye una señal de alerta”.
El Partido Liberación Nacional (PLN, socialdemócrata), de la presidenta Chinchilla, ganó 58 de las 81 alcaldías del país, según los resultados oficiales.