El presidente francés Nicolás Sarkozy enfrenta la peor crisis política de su mandato. Eso luego de conocerse acusaciones de que su campaña electoral de 2007 habría recibido fondos ilegales de Liliane Bettencourt, heredera del emporio de cosméticos L’Oreal y tercera fortuna de Francia.
La acusación, formulada por una ex contable de Bettencourt, fue desmentida de inmediato por allegados de Sarkozy y por su ministro de Trabajo, Eric Woerth, quien era el tesorero de su campaña.
Mientras desde el ámbito político y ciudadano se reclamaba una “rápida remodelación ministerial”. El 69% de los franceses es favorable a un cambio. Aunque con medias palabras, Sarkozy salió al cruce de las declaraciones de la ex contable, al denunciar que “ la calumnia (…) que solo tiene un objetivo, ensuciar sin ningún asidero de realidad”.
La ex contable, identificada como Claire T., indicó al sitio de información independiente Mediapart que la multimillonaria había entregado en marzo de 2007 a Eric Woerth 150 000 euros en efectivo para la campaña presidencial.
Woerth, entonces tesorero de la Unión para un Movimiento Popular (UMP, derecha) y de la campaña electoral, fue ministro de Presupuesto desde 2007 hasta marzo de 2010, cuando se hizo cargo de la Cartera de Trabajo. Ayer volvió a negar las acusaciones y descartó renunciar.
“Nunca recibí en el plano político el más mínimo euro que no fuera legal”, sostuvo Woerth, que sigue siendo tesorero de la UMP y que como ministro tiene por misión sacar adelante la polémica reforma del sistema de jubilación, la más difícil del mandato de Sarkozy, antes de la elección presidencial de 2012.
Claire T. afirmó que Sarkozy, alcalde durante casi 20 años de Neuilly-sur-Seine, lujosa localidad del oeste de París donde residen los Bettencourt, era “un invitado habitual” a la mesa de la familia multimillonaria y “también recibía su parte”.