Un nuevo capítulo, tras la revelación de presuntos actos de corrupción en el Ejército, se produjo ayer 18 de febrero con el retiro de varios de los altos mandos militares, según anunció el presidente Juan Manuel Santos, y su ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.
El primero en anunciar el remezón militar fue el Presidente, quien advirtió que consideraba “oportuno y necesario hacer un cambio en la cúpula militar” y tras advertir de la salida del general Leonardo Barrero, comandante de las Fuerzas Armadas.
Barrero tuvo que dejar la institución y el máximo cargo castrense luego que la revista Semana divulgara una conversación suya con el coronel Róbinson González, preso por homicidio, en la que le sugería hacer una “mafia” para enlodar a los fiscales que llevaban su caso. Además del general Barrero salen otros cinco generales: el mayor general Manuel Guzmán, segundo comandante del Ejército; el general Fabricio Cabrera, jefe de Aviación del Ejército; y los brigadieres generales Jaime Reyes y Diego Sánchez.
Ellos son cuestionados por su papel frente a la corrupción en los contratos militares: “Se van porque no actuaron conociendo las irregularidades”, dijo el ministro Pinzón. El lunes había renunciado el general Javier Rey, antiguo jefe de la Aviación Militar y jefe de Operaciones en el Comando General.