El Partido Revolucionario Institucional (PRI) ganó ayer al menos 11 de las 12 gobernaciones en disputa en México y es la “indubitable” primera fuerza en el país, según afirmó la presidenta del partido, Beatriz Paredes.
Paredes aseguró que, según los sondeos de pie de urna del partido, su partido tiene “tendencia ganadora” en Sinaloa, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Puebla, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz, estados que ya gobernaba desde antes.Además le arrebató Aguascalientes y Tlaxcala al Partido Acción Nacional (PAN, derecha) y Zacatecas al Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda), datos que confirman sondeos de salida de urna de empresas encuestadoras.
En cambio, según la encuesta de Milenio Televisión, el PRI perdió el gobierno de Oaxaca después de más de ocho décadas, al caer ante una alianza formada por el PAN, el PRD y otras dos fuerzas de izquierda.
Sin embargo, la encuestadora Mitofsky, que elabora los sondeos para Televisa, señaló que todavía no puede predecirse un ganador. Paredes evitó pronunciarse sobre la situación de Oaxaca, mientras que la alianza opositora se proclamó ganadora. En situación indefinida estarían Puebla y Sinaloa, según ambas empresas.
La jornada electoral para renovar 12 gobernadores, más de 1 000 alcaldes y unos 500 diputados se desarrolló en términos generales con tranquilidad, pese a algunos incidentes políticos y la aparición de cuatro cadáveres colgados de puentes en la ciudad de Chihuahua.
En Tamaulipas, donde fue asesinado la semana pasada el candidato del PRI Rodolfo Torre Cantú, que era el favorito, los sondeos le otorgan la victoria a su hermano Egidio, designado candidato sustituto. El reciente asesinato de Torre elevó la tensión e hizo caer el valor del peso mexicano, algo que no había ocurrido desde que Calderón lanzó en diciembre del 2006 los operativos militares para combatir los cárteles.
“Yo voté por el PRI porque (el presidente Felipe) Calderón nos metió en esta guerra en la que estamos pagando justos por pecadores”, dijo Jorge López, un albañil desempleado, al salir de una casilla en la fronteriza Ciudad Juárez, la urbe más violenta del país con más de 5 700 muertes desde enero del 2008.
Semanas atrás fue asesinado también un candidato del PAN a una alcaldía en Tamaulipas, un estado donde el poderoso cártel del Golfo combate al que era antes su brazo armado, los Zetas.
Durante la campaña varios candidatos modificaron sus estrategias y directamente las cancelaron por temor a la violencia y a las amenazas. Incluso, partidos no presentaron aspirantes, como ocurrió en municipios fronterizos de Tamaulipas.
Desde que asumió Calderón, hace tres años y medio, han muerto más de 26 000 personas por la guerra del narcotráfico, la mayoría integrantes de los cárteles. Pero también han perdido la vida en fuego cruzado civiles inocentes.
Los comicios fueron la última gran cita electoral antes de las presidenciales del 2012 para suceder al presidente Felipe Calderón. Fueron convocados a votar 30,5 millones de mexicanos, un 38% del padrón nacional.
El PRI, que perdió la Presidencia en el 2000 después de siete décadas pero gobernaba hasta ahora 19 estados de los 32 del país, busca regresar a la Presidencia dentro de tres años. En las elecciones de ayer, el PAN sumó fuerzas con la izquierda en seis estados para romper con la hegemonía priísta.
Además de la violencia, la campaña electoral ha estado salpicada por denuncias de espionaje, el uso de recursos públicos y la detención de Greg Sánchez, candidato de la izquierda a gobernador del estado de Quintana Roo, donde se ubica Cancún, acusado de nexos con el narcotráfico.