En un giro irónico, el mismo día cuando el Gobierno ecuatoriano hizo pública su propuesta ‘Mantengamos el crudo del ITT bajo tierra’, Petroecuador aplicaba a unas visas para el viaje de una delegación ecuatoriana hacia Washington, para reunirse con posibles empresarios petroleros estadounidenses interesados en explotar los campos del ITT.
Ese hecho está descrito en el cable 113883, que la embajadora Linda Jewell envió al Departamento de Estado de EE.UU., el 29 de junio del 2007. En ese informe, titulado: “La iniciativa ambiental más grande del Ecuador: mantener el crudo bajo tierra”, se describen los alcances del proyecto y las posibilidades de su ejecución, así como las debilidades y desconfianzas que generaba en algunos países de la comunidad internacional, según la lectura de la delegación estadounidense asentada en Quito.
El proyecto fue presentado oficialmente el 5 de junio del 2007, como parte de la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente en la Presidencia. “El presidente Rafael Correa está desafiando al mundo para que ayude a Ecuador a evitar perforar, para buscar petróleo en una de las más grandes y diversas áreas protegidas de la selva amazónica, el campo Ishipingo-Tambocoha-Tiputini (ITT) en el Parque Nacional Yasuní”.
El Gobierno -agrega el informe- quiere que la comunidad internacional le compense con la mitad de sus ganancias que obtendría en el desarrollo del ITT, estimadas en USD 1,7 mil millones. “Hasta ahora, sin embargo, no ha provisto ningún tipo de marco legal para su propuesta. Dice que colocaría los fondos en una cuenta manejada por un cuerpo internacional, y acuerdos firmados que no extraerá los 920 millones de barriles proyectados de crudo pesado bajo tierra”.
El Régimen dice que colocará los fondos donados en una cuenta manejada por un cuerpo internacional, y firmará acuerdos para no desarrollar el ITT. Cualquier interés generado “supuestamente será usado para fundar una red de desarrollo social. El Gobierno planea dar un año a la iniciativa para que salga adelante pero si los fondos no son recolectados para ese tiempo, dice que seguirá adelante con el desarrollo”.
No obstante, en el telegrama se destaca una serie de dudas sobre la confiabilidad del régimen de Correa. “¿Qué garantía proveerá el Gobierno del Ecuador de que no explotará el campo?”, es una de las principales.
“La idea es innovadora (tal vez inspirada en los créditos de carbón), pero a nuestro criterio el Gobierno ecuatoriano todavía no ha desarrollado ningún marco legal para asegurar que la comunidad internacional renuncie al desarrollo. Nosotros cuestionamos si el Gobierno tiene la pericia legal, la aptitud organizacional, o la voluntad política a largo plazo para impulsar por el proyecto”.
Otra señal negativa, subrayada en el cable, es la posición antagónica evidenciada entre el jefe de la propuesta, el anterior ministro de energía, Alberto Acosta, quien renunció el 14 de junio para participar como candidato a la Asamblea, y el entonces presidente de Petroecuador, Carlos Pareja, quien ha impulsado la explotación del ITT.
A pesar de que la propuesta del Gobierno de Ecuador pudo haber llamado la atención, funcionarios diplomáticos de Alemania le comentaron al representante económico estadounidense que miraban con escepticismo que la administración de Correa siga con sus acuerdos, aunque recientemente dijo que el Gobierno alemán podría considerar al propuesta; Noruega también ha mostrado cierto interés.
Las preocupaciones sobre las ambigüedades y vulnerabilidades del proyecto oficialista, incluso, fueron advertidas dos meses antes del lanzamiento, en el cable 105237, despachado el 20 de abril por Linda Jewell. “El Gobierno de Ecuador está buscando a tientas una solución sobre cómo tratar con ITT, pero cómo se desenvolverá es poco claro”, señala el telegrama. Además, destaca la pugna de poderes entre Acosta y Pareja (ver nota lateral).
Los temores sobre la confiabilidad del proyecto tuvieron un primer desenlace en enero del 2010, cuando el presidente Rafael Correa criticó duramente su manejo, que estaba cargo del canciller Fander Falconí. Durante un enlace sabatino, Correa calificó como “inaceptables y vergonzosas” las condiciones que exigían los donantes contactados por la comisión creada para promocionar la iniciativa. Hasta diciembre del 2009, la comisión ecuatoriana había logrado ofrecimientos por el 49% del monto establecido para el fondo por Alemania, España, Bélgica, Suecia y Francia, según versiones del Gobierno.
No obstante, Correa cuestionó que los posibles donantes hayan planteado tener la mayoría de acciones constitutivas del fideicomiso y la potestad de calificar los proyectos ambientales a los que debía destinarse el dinero, lo cual fue desmentido por miembros de la Comisión que luego dimitieron. La dimisión más sensible fue la del canciller Falconí.
“Si no aceptan nuestras condiciones quédense con su plata y explotamos el (campo petrolero) ITT”, afirmó entonces el Presidente Correa.