Estados Unidos no quiere más tragos amargos causados por la filtración de documentos reservados e, incluso, secretos. El último episodio se relaciona con la difusión, a través del portal Wikileaks, de 250 000 cables diplomáticos de sus embajadas en el mundo.
Por eso, ayer, el Departamento de Estado de EE.UU. desconectó una red militar computacional de su base de datos de cables de este tipo. El funcionario, quien habló anónimamente, dijo que la red ‘Secret Internet Protocol Router Network’ (SIPRNet) habría sido la fuente de los cables obtenidos por el equipo de Wikileaks.
Además, el Pentágono está considerando restringir el acceso a los documentos diplomáticos de Estados Unidos en la red militar confidencial. Esta revisión de los criterios para acceder a los documentos ocurre nueve años después de los atentados del 11 de septiembre del 2001. Esa fecha se determinó un mayor intercambio de información entre los diferentes organismos gubernamentales, como estrategia de defensa contra futuros ataques terroristas.
A la par, funcionarios estadounidenses quieren bajar el tono a las secuelas que se generan tras la filtración. Sus contenidos tienen que ver con más de 200 países y tratan temas relacionados con políticas internas y regionales.
El secretario estadounidense de Defensa, Robert Gates, opinó ayer que las filtraciones de documentos diplomáticos orquestados por Wikileaks eran “embarazosas” pero tienen consecuencias “bastante modestas” para la política exterior de EE.UU.
Mientras, funcionarios de la Secretaría de Estado, con Hillary Clinton a la cabeza, siguen en contacto con líderes y gobiernos, para atenuar las reacciones negativas que se puedan generar por estas revelaciones. Algunos sectores de ese país ya comienzan a plantear su renuncia.
De los cables diplomáticos publicados en la web, difundidos hasta ayer, uno se refiere a Ecuador. Es la supuesta conversación entre el ministro de Defensa de Brasil, Nelson Jobim y una funcionaria estadounidense sin identificar. Allí se menciona brevemente al presidente Rafael Correa.
Según diario El Tiempo de Colombia, el ministro Jobim prácticamente reconoció la presencia de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, en Venezuela.
Dijo que reconocer este hecho públicamente arruinaría las posibilidades de Brasil para mediar. (Jobim) Ofreció sugerencias sobre cómo construir confianza entre Ecuador y Colombia y expresó su inquietud por el acuerdo para habilitar el uso de bases colombianas por militares de EE.UU. Se sabe que los documentos sobre Ecuador se publicarían desde el viernes o sábado próximos.
Argentina aún mantiene silencio oficial sobre los documentos publicados en Wikileaks. Según estos cables, el gobierno de Barak Obama ha mantenido una constante preocupación sobre el estado de salud mental de la presidenta Cristina Fernández .
Son más de 2 200 cables entre Washington y la embajada de EE.UU. en Buenos Aires. Fueron solicitados por la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
Entre la información intercambiada entre la embajada en Argentina y Washington, los Kirchner son “paranoicos del poder”, “impermeables al consejo ajeno e ineptos en política exterior. Néstor Kirchner tenía dos caras, una populista y otra pragmática.
El presidente de Perú, Alan García, dijo que lo ocurrido es un “papelón diplomático”. Mientras que el canciller de Venezuela, Nicolás Maduro, señaló que esta divulgación es el episodio “más grave” en la historia diplomática en muchas décadas.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva minimizó la importancia de los cables reservados de la embajada estadounidense en Brasilia y tildó de insignificantes las revelaciones.
Wikileaks planea ya el próximo golpe: en la primera mitad del 2011 revelará datos de un gran banco estadounidense. Julian Assange, fundador de Wikileaks, dijo en Londres que el material saca a la luz prácticas antiéticas.