Ayer se celebró el Día Internacional del Ambiente, pero esta celebración no fue un festejo, fue un día triste, un día que nos recordó lo mal que hemos actuado y cómo lo seguimos haciendo con el planeta.
No hace falta ser un experto en medioambiente para saber que una marea negra causa daños muy graves. Las manchas de petróleo en las playas, las aves teñidas de negro y la indignación de la gente afectada por el vertido, muestra la peor cara de este desastre medioambiental, considerado ya, como el peor desastre ecológico de todos los tiempos desde el ocasionado por Exxon Valdez en 1989 en las costas de Alaska.
Cuando se produce el vertido, el hidrocarburo forma una mancha negra, una lámina que flota sobre el agua. Esta lámina impide que penetre la luz del sol y que se realice la fotosíntesis. Esto causa que los organismos primarios se vean afectados y con ellos toda la cadena alimenticia.
Fuentes ecológicas han advertido que la mancha negra representa una amenaza para más de 400 especies marítimas, como ballenas, delfines y tortugas. La situación también es grave para 110 tipos de aves neotropicales migratorias que mueren por congelación, ya que el petróleo en sus plumas no permite el aislamiento térmico ni la impermeabilización de su cuerpo. Entre las aves están las garzas, los pelícanos pardos y las golondrinas que utilizan el golfo de México como puntos de descanso en sus largos viajes.
El atún rojo al igual que las ostras y las gambas pueden sufrir terribles consecuencias porque están en época de reproducción. También los langostinos ya que maduran allí y luego migran al océano, donde se convierten en alimento de peces. Caimanes, ranas y serpientes de mar, además de los terrestres, como coyotes, mapaches y zorros también se ven amenazados.
Los animales mencionados corresponden apenas a una parte de las especies en peligro, pues se trata de una zona con un ecosistema de gran diversidad medioambiental, según el Departamento de Fauna, Flora y Vida Marina de Louisiana, Estados Unidos.