Cuba pidió a Estados Unidos que levante el embargo comercial por un año, en coincidencia con las elecciones municipales celebradas el domingo. Estas fueron utilizadas por el Gobierno como rechazo a las protestas internacionales por la situación de derechos humanos en la isla. 8 205 994 cubanos fueron convocados a las urnas para elegir a 15 000 delegados que integran las asambleas municipales del Poder Popular. Los 29 854 colegios electorales estimaron que la participación había sido del 94,69%. El presidente del parlamento cubano, Ricardo Alarcón, retó a la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, a levantar el embargo comercial “al menos por un año”, para comprobar a quién interesa mantenerlo. “Si ella de verdad cree que el bloqueo beneficia al Gobierno cubano, es muy sencillo, que lo levanten aunque sea por un año, para ver si era en interés nuestro o en interés de ellos”. Clinton declaró a principios de este mes que los hermanos Fidel y Raúl Castro no quieren que se levante el embargo que Estados Unidos mantiene sobre la isla, porque “perderían todas sus excusas por lo que no ha pasado en Cuba en los últimos 50 años” . Alarcón realizó estas declaraciones tras depositar su voto en un colegio electoral de La Habana. Ante las consultas sobre las expectativas de cambios en la isla, Alarcón respondió: “¿Qué me dice de los americanos que votaron por un hombre joven que prometió cambios? ¿Dónde están esos cambios en Estados Unidos?”. “En Cuba estamos atravesando un momento muy difícil tratando de cambiar a mejor para que haya más socialismo”, añadió Alarcón. Las elecciones municipales también coincidieron con los dos meses de la huelga de hambre que cumple el opositor Guillermo Fariñas. El sistema electoral cubano prevé una segunda vuelta para el 2 de mayo, en aquellas circunscripciones donde ninguno de los candidatos alcance la mitad de los votos. Estos son los primeros comicios que se celebran en la isla, gobernada por el Partido Comunista, único en el país, con una población de 11,2 millones de personas, desde que Raúl Castro asumiera el poder en febrero del 2008, tras la renuncia de Fidel Castro por problemas de salud. Al inicio de la jornada, la presidenta de la Comisión Electoral Nacional (CEN), Ana María Mari, dijo esperar “la presencia masiva de los votantes para las elecciones como parte de la respuesta del pueblo contra la campaña mediática anticubana procedente de Estados Unidos y Europa”. Raúl Castro denunció recién una “descomunal campaña de descrédito contra Cuba, organizada, dirigida y financiada desde los centros del poder imperial en Estados Unidos y Europa, enarbolando hipócritamente las banderas de los derechos humanos”. Castro denunció la “manipulación” de la muerte -el 23 de febrero- del disidente preso Orlando Zapata, tras una huelga de hambre de dos meses y medio, y del ayuno que desde entonces mantiene el opositor Guillermo Fariñas para pedir la liberación de 25 presos enfermos. La Comisión de Derechos Humanos estima que hay al menos 201 presos políticos, considerados delincuentes comunes por el Gobierno, que tacha a los disidentes de “mercenarios” pagados por Estados Unidos. En ese marco, el Gobierno impidió por tercer domingo consecutivo una marcha de las Damas de Blanco, esposas de presos políticos, a quienes medio centenar de seguidores del Gobierno rodearon entre abucheos por más de siete horas.