Vladimir Putin debe haber descubierto imprevistamente que el “sovietismo de mercado” que implantó desde su llegada al poder, hace 14 años, puede convertirse en un freno para sus sueños imperiales. El líder ruso comprobó los límites de su margen de acción cuando, después de invadir Crimea, la Bolsa perdió 10,8%, el rublo se hundió 3% a su nivel histórico más bajo y el Banco Central tuvo que aumentar su tasa de referencia de 5,5 a 7% para defender la moneda.
La línea dura adoptada por los mercados traduce la inquietud que reina entre los actores económicos frente el ruido de botas en Ucrania. Pero también muestra la inquietud de los oligarcas del Régimen por las repercusiones económicas y financieras que podría tener un conflicto en Ucrania o un regreso al clima de guerra fría.
Los grandes empresarios, que se enriquecieron después de la caída del comunismo, temen las sanciones financieras y políticas de Occidente. La represalia más dura, prevista entre las medidas que estudia la Unión Europea (UE), sería el bloqueo de los activos depositados por los oligarcas en bancos occidentales, y eventualmente del mismo Putin.
Más grave sería el caso de los bancos rusos controlados por los oligarcas, como Vnechekonombank, Gazprombank y VTB, que acordaron con el Gobierno de Kiev créditos por USD 28 000 millones.
Los hechos que marcaron una semana de tensión
- 27-Feb. El Parlamento de Crimea, bajo control ruso, llamó a realizar un referendo sobre una posible autonomía.
- 28-Feb. El presidente interino de Ucrania, Alexander Turchinov, denuncia una “agresión” de parte de Moscú.
- 1-Mar. Ucrania denuncia que Rusia desplegó 6 000 hombres y 30 vehículos blindados en Simferopol, Crimea.
- 2-Mar. Ucrania movilizó a sus reservistas. EE.UU. y Canadá amenazaron con boicotear la cumbre de junio del G8.
- 4-Mar. El Gobierno prorruso de Crimea anunció que asumió el control sobre la seguridad en la península.