El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, advierte hoy, 19 de marzo, en Washington de que la crisis con Rusia por Ucrania constituye una “llamada de atención” a la Alianza Atlántica puesto que constituye la amenaza más grave que afronta la seguridad europea desde el final de la Guerra Fría.
“Ésta es la amenaza más grave a la seguridad y estabilidad europeas desde el final de la Guerra Fría”, sostiene el jefe de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el discurso que pronunciará este martes ante el centro de pensamiento Brookings Institution en Washington, de acuerdo con el borrador al que tuvo acceso la agencia dpa.
Según Rasmussen, ello se debe a que la crisis provocada por la intención de Rusia de anexionarse Crimea tras el referéndum -“illegal e ilegítimo”, insiste el jefe de la OTAN- celebrado el domingo en la península ucraniana implica entre otros el “mayor movimiento de tropas en décadas”.
No hay que olvidar además, subraya, lo que está en juego: “La libertad de 45 millones de personas y su derecho a tomar sus propias decisiones”. Y todo ello sucede, puntualiza, “en las mismas fronteras de la OTAN”.
Por todo ello, la crisis constituye una “llamada de atención, tanto para la comunidad euroatlántica como para la OTAN y para todos aquellos comprometidos con una Europa integral, libre y en paz”, sostiene.
Rasmussen ya condenó la víspera duramente desde Bruselas la anexión de Crimea y dijo que Moscú está transitando con esta maniobra un “camino peligroso”. Un día más tarde, acusa al gobierno de Vladimir Putin de forzar un “revisionismo del siglo XXI” para “intentar tornar el reloj” de la historia con el objetivo no sólo de “trazar nuevas fronteras, monopolizar mercados y someter a poblaciones”, sino también para “reescribir o simplemente romper el libro de reglas internacionales” que ha mantenido la paz hasta ahora.
“Creíamos que ese tipo de comportamiento pertenecía al pasado. Pero está de vuelta. Y es peligroso, porque viola las normas internacionales de comportamiento aceptado, exporta inestabilidad y reduce el potencial de cooperar y crear confianza”, agregará Rasmussen, quien insiste en que Moscú debe cumplir sus compromisos internacionales y buscar una solución pacífica a la crisis.
El jefe de la OTAN vuelve a advertir en este sentido a Moscú de que si no escucha los llamamientos internacionales “habrá consecuencias”, aunque en su discurso no revela ninguna medida nueva que podría tomar la Alianza Atlántica. Eso es algo que se decidirá eventualmente cuando los ministros de Relaciones Exteriores de la OTAN se reúnan en Bruselas en abril, señala Rasmussen.