Esa conocida trampa mortal

El salto de China de la mula al jet ha traído muchos cambios, no todos positivos. Uno de ellos es que las mujeres han comenzado a fumar masivamente. La culpa, sin embargo, no es del desarrollo ni de la modernidad, sino de las compañías tabacaleras, que han convertido a la población femenina en su nuevo objetivo de mercadeo.

Una tercera parte de los adultos fumadores del mundo vive en China; y de esta la aplastante mayoría es hombre, con lo cual la matemática es simple: si se quiere que aumenten las ventas hay que atraer a las mujeres, y eso es exactamente lo que está haciendo la industria del tabaco. Y lo hace apelando a conceptos frente a los cuales las mujeres somos vulnerables, como la independencia, el atractivo sexual, la delgadez y el glamour.

Cuando uno es fumador reformado, como yo, sabe que fumar no proporciona ninguno de esos atributos, pero lamentablemente la población femenina de China, que atraviesa por una especie de despertar adolescente, se está creyendo el cuento. A comienzos de esta década, apenas el tres por ciento de los fumadores de China era mujer, pero, según cálculos del Ministerio de Salud, en los próximos años esa proporción llegará al 15 por ciento.

Que las mujeres les estén haciendo la competencia fumando a los hombres no es un problema exclusivo de la China. En Bangladesh, India, Indonesia, Pakistán, las Filipinas, Tailandia y Vietnam, naciones asiáticas en donde las tasas de consumidores de tabaco también son altísimas, la industria está ‘reclutando’ a la masa de mujeres ansiosas por sacudirse la opresión a la que han estado sometidas.

Que fumar le da a uno independencia es una idea absurda que, inexplicablemente, se ha abierto paso en las mentes femeninas. Como lo dijo hace poco Douglas Bettcher, director de la Iniciativa contra el Tabaco, de la Organización Mundial de la Salud, "estamos frente a un futuro en el que las mujeres van a adquirir una perversa forma de igualdad, porque serán tan susceptibles de morir por fumar como los hombres".

La perversión puede llegar a límites inimaginables. En Bangladesh, por ejemplo, hay avisos que sugieren que las madres que usan tabaco en cualquiera de sus formas dan a luz bebés de bajo peso, por lo que el hábito ayuda a que el alumbramiento sea menos doloroso.

El tema del tabaco es polémico, entre otras cosas porque representa el medio de subsistencia de por lo menos cuatro millones de agricultores de Asia. Pero si no se toman medidas esto nos llevará a enfrentar una epidemia de tabaquismo como todavía no se ha visto.

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