Los colombianos elegirán este domingo, 9 de marzo, un nuevo Congreso a dos meses y medio de las presidenciales de mayo, en las que el mandatario Juan Manuel Santos buscará un segundo periodo empeñado en alcanzar un acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC.
En una jornada electoral que se desarrollará entre las 08:00 y las 16:00 locales, unos 32 millones de colombianos están llamados a elegir 268 congresistas, que tendrán en sus manos la aprobación de las reformas que darán sustento legal al eventual acuerdo de paz que el gobierno alcance con las FARC en La Habana.
“Es una escogencia muy importante, el Congreso que se va a elegir va a tener un papel especialmente importante por la coyuntura que está viviendo el país en materia de, por ejemplo, el proceso de paz“, aseguró el viernes Santos, favorito a las presidenciales del 25 de mayo y quien busca que su coalición de centro-derecha mantenga la mayoría en el Parlamento.
El gobierno de Santos, que sostiene desde noviembre de 2012 diálogos de paz con las FARC, tendrá muy probablemente un férreo detractor a las negociaciones con la guerrilla: el expresidente Álvaro Uribe, primer exmandatario colombiano que aspira a una silla en el Senado.
Así, además de una prueba previa a las presidenciales, los comicios del domingo serán una especie de medición sobre el apoyo ciudadano a las negociaciones de paz, pues según analistas mientras más votos obtengan Uribe y su formación derechista Centro Democrático sería más complicado aprobar las reformas legales que se requerirán tras la posible firma de un acuerdo con las FARC.
Colombia vive desde hace medio siglo un conflicto armado que ha costado cientos de miles de vidas y forzado el desplazamiento de 4,5 millones de personas, en el que además de guerrilleros de izquierda han participado paramilitares de derecha y bandas narcotraficantes.
Abstención y seguridad
“Las democracias se fortalecen en la medida en que la gente participe cada vez más en la escogencia de sus mandatarios, en este caso es ni más ni menos que el Congreso”, dijo también Santos esta semana, llamando a los colombianos a acudir a las urnas y reducir la abstención que históricamente ronda el 50%.
En Colombia, un país de 47 millones de habitantes, el voto es voluntario.
Además de la abstención, garantizar la seguridad es otro factor que ocupa a las autoridades, que han dispuesto un operativo con más de 266 000 uniformados para la jornada del domingo, y que incluye esquemas de protección especial a más de 300 de los 2.324 candidatos inscritos.
La Defensoría del Pueblo dijo en un reciente informe que el desarrollo de las elecciones está amenazado por guerrillas de izquierda y bandas criminales de derecha en un 20% del territorio colombiano, donde los electores son intimidados por estos actores armados.
Al respecto, el jefe de la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Antonio Viera-Gallo, dijo a periodistas que las condiciones de seguridad están “mucho mejor” que para procesos electorales anteriores, aunque aún “no son perfectas”.
“El clima político en el cual se van a realizar las elecciones sin duda que ha mejorado en Colombia, pero todavía no es todo lo perfecto” e incluso las autoridades han reconocido las presiones de bandas armadas en ciertas zonas, aseguró Viera-Gallo.
La comisión de observación de la OEA está conformada por 27 voluntarios que se han desplegado en cinco departamentos del país, “donde pudiera ocurrir algún tipo de irregularidades”: Atlántico, Valle del Cauca, Antioquia y Santander, además de la capital, Bogotá.
Además de la misión de la OEA, el proceso del domingo será monitoreado por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Unión Interamericana de Organismos Electorales.
Entre los ciudadanos habilitados para votar, 561 247 se encuentran en el exterior y han venido sufragando desde el domingo pasado.