La oleada invernal, que ha inundado al menos una quinta parte de las cinco millones de hectáreas destinadas a la producción agrícola, obligará a Colombia a importar alimentos.
El ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, anticipó que serán necesarias compras, como por ejemplo una de al menos 40 000 toneladas de arroz, pues sembradíos de la gramínea fueron destruidos por las lluvias.
Restrepo dijo que la presencia del fenómeno de La Niña en 28 de los 32 departamentos echó a perder un ciclo de cultivos de seis meses. Las pérdidas de los cultivos, que se cifran en unos USD 525 millones, desencandenaron el incremento de los precios de los productos, que es otro impacto del invierno.
Los gremios de mayoristas afirmaron que el alza es del orden del 20% y que los artículos que más inciden en el aumento del costo de la canasta familiar son las hortalizas, las frutas de producción nacional, así como las papas, el pescado y el arroz.
La subida de los precios también se debe a las dificultades para trasladar las mercancías hasta los mercados a causa del colapso de la red vial en 20 departamentos. El reporte de la Policía de Carreteras reveló que 20 vías están cerradas al tránsito vehicular.
Mientras tanto, Carlos Iván Márquez, director de Socorro de la Cruz Roja Colombiana (CRC), dijo a este Diario que la ayuda humanitaria que llega por diversas vías se destina de inmediato a las regiones afectadas, para atender a los damnificados.
La CRC ha recogido y entregado, desde que se declaró la emergencia, 1 100 toneladas de ayuda alimentaria y de insumos como frazadas, artículos de higiene, medicamentos. Asimismo, ha recibido aportes por 1 900 millones de pesos (USD 1,05 millones). Por esta vía se ha atendido al 10% de afectados.
Los aportes que se distribuyeron a través de la CRC se suman a los que llegan directamente a entidades del Gobierno, como el de 70 toneladas que entregó Ecuador, el miércoles. Ayer, España confirmó el envío de un paquete de 20,3 toneladas de ayuda humanitaria, que se repartirán a 2 200 familias damnificadas.
Márquez, asimismo, informó un nuevo recuento de los efectos de la temporada invernal. Esta se ha cobrado 284 vidas y ha destruido totalmente más de 3 000 viviendas. Igualmente, el número de afectados superó los 2,2 millones, que en su mayoría se encuentran en una red de 330 albergues provisionales instalados en las áreas golpeadas por el invierno.
En las últimas semanas, el desbordamiento de ríos ha obligado a la evacuación de pueblos enteros, como en el caso de Gramalote (Norte de Santander, este) en el cual las lluvias profundizaron una falla geológica y calles y viviendas se hundieron.
Los habitantes de Gramalote fueron llevados en su mayoría a la ciudad de Cúcuta (frontera con Venezuela).
Miles de pasajeros continúan varados en Europa
La nieve continuó trastornando el cielo europeo y los planes de miles de viajeros por cuarto día consecutivo, caos que la Comisión Europea consideró “inaceptable” ayer, especialmente en vísperas de las fiestas navideñas.
Numerosas personas tuvieron que volver a pasar la noche en terminales y estaciones a la espera de poder continuar su ruta, especialmente en el Reino Unido, uno de los países más afectados por la ola de frío ártico.
El aeropuerto londinense de Heathrow, prácticamente paralizado desde el sábado, seguía operando a principios de la tarde solo un 50% de los vuelos, mientras que en Alemania, Francfort funcionaba al ralenti tras haber tenido que cerrar varias horas por culpa de nuevas nevadas y se vio obligado a anular 300 de los 1 300 vuelos previstos.
En Francia, el tráfico aéreo se reanudaba progresivamente aunque con retrasos en Roissy-Charles-de-Gaulle, mientras que el otro aeropuerto parisiense, Orly, funcionaba ya prácticamente con normalidad.
Las olas de frío sucesivas en Europa son al parecer consecuencia de un enfriamiento temporal en el marco del calentamiento climático, que podría durar de cinco a 10 años, señalan los expertos.
Para el profesor David King, quien fue asesor científico del gobierno británico de 2000 a 2007, el fenómeno se explica por la oscilación noratlántica -diferencia de presión entre el anticiclón de las Azores y la depresión de Islandia-, un fenómeno que los meteorólogos conocen bien.
El gobierno británico fue duramente criticado por su falta de preparación, evidenciada por la insuficiencia de reservas de sal (para evitar la formación de placas de hielo) y máquinas quitanieves y la consiguiente parálisis de los transportes.
La ola de frío que azota a Europa desde hace una semana cejará su intensidad a partir de finales de este mes y principios del que viene, según dijo la portavoz de la Organización Mundial de Meteorología (OMM), Clare Nullis.
“Esperamos algo de alivio en la intensidad de las condiciones climáticas entre el final de diciembre y principios de enero”, dijo.