Máquinas perforadoras avanzaban ayer para establecer contacto con el grupo de 33 mineros atrapados desde el jueves en una mina en el norte de Chile sin que se sepa aún si están con vida. Mientras tanto, el presidente chileno, Sebastián Piñera, quien visitó ayer por segunda vez la mina colapsada, señaló que su gobierno contactó a países con experiencia minera como Perú, Estados Unidos, Canadá y Australia, “porque si hay alguna tecnología, equipamiento o conocimiento que nos pueda ayudar lo vamos a utilizar”. Una de las perforadoras había logrado ayer avanzar unos 200 metros de profundidad en el interior de la mina para instalar tubos por donde se puede pasar alimento, agua y oxígeno. El derrumbe se produjo entre 300 y 400 metros de profundidad, y los mineros quedaron por debajo de ese nivel. Alejandro Bohn, gerente de Minera San Esteban -propietaria del yacimiento San José-, dijo que la primera máquina perforadora “tiene un avance de 200 metros, que es un muy buen avance”. El Ejecutivo confía en que el contacto con los mineros se pueda dar en tres días. Unas cinco máquinas de sondaje trabajan sin descanso desde la tarde del domingo en establecer una vía de comunicación con los mineros, sepultados desde el jueves en la mina San José, cerca de Copiapó, a unos 800 kilómetros al norte de Santiago. En los trabajos laboran más de 200 personas y en los próximos días se sumarían más máquinas. Estas labores permitirían entregar a los mineros atrapados aire fresco, agua y alimento. El derrumbe del jueves destruyó la única vía de acceso al yacimiento y un segundo desprendimiento de tierra ocurrido el sábado tapó un ducto de ventilación por donde se pretendía concretar el rescate. Las autoridades creen que los mineros podrían estar guarecidos en un refugio en la parte más profunda de la mina (a unos 700 metros), dotado de alimentos, oxígeno y abrigo.