Dieciséis días después de su misteriosa desaparición, se confirmó la peor noticia: el avión de Malaysia Airlines MH370 cayó en las aguas del sur del océano Índico y no hay ningún sobreviviente entre las 239 personas a bordo.
El anuncio, que de inmediato dio la vuelta al mundo, estuvo a cargo del primer ministro de Malasia, Najib Razak, durante una rueda de prensa. Poco antes, la compañía aérea había enviado un SMS a los familiares de los pasajeros, aclarando que el avión se “perdió” y que no hay sobrevivientes.
El Jefe del Gobierno fundamentó la noticia sobre la base de nuevos cálculos a partir de datos satelitales. Sin embargo, todavía no está claro si los objetos encontrados en las áreas donde se concentraron las búsquedas pertenecen o no al Boeing 777-200.
A partir de nuevos análisis de un sistema llamado Immarsat, los expertos llegaron a la conclusión de que en la noche entre el 7 y el 8 de marzo el avión “voló a lo largo del corredor meridional y su última posición fue localizada en el medio del océano Índico, al oeste de la ciudad australiana de Perth”.
Se trata en otras palabras de una posición remota, muy alejada de cualquier pista de aterrizaje. Todo el planteo hecho por la compañía aérea está por lo tanto fundamentado en una deducción, visto entre otras cosas que todavía no hay una confirmación del hecho de que los restos encontrados en una extensa zona de mar a más de 2 000 kilómetros de Perth pertenezcan realmente al avión.
Según los datos recogidos en los vuelos de ayer de aviones australianos y chinos, uno de los restos es redondo y de color verde, el otro rectangular y naranja. Según la agencia china Xinhua, otro avión habría localizado otros objetos -un par grandes, otros más pequeños- desparramados en una extensión muy grande del mar.
Queda por aclarar las razones por las cuales el Boeing voló hasta esa zona, saliendo de la ruta originaria Kuala-Lumpur y Pekín. Y siguen envueltos en el misterio temas como el giro hacia el oeste hecho por el avión y detectado por los radares militares, así como otra desviación hacia el sur.
Para comprender realmente lo ocurrido con el avión habrá que verificar las informaciones contenidas en las cajas negras, una vez que sean encontradas, una labor que se hace muy difícil cuando han caído al océano.
Pero hay otro problema: los emisores de dichas cajas se apagarán en unos 12 días y después resultará casi imposible hallarlas en una de las regiones más inhóspitas del planeta.
Como era de esperar, los familiares -casi dos tercios chinos- reaccionaron con desesperación y también con rechazo frente a estas noticias.
“Queremos que toda la prensa sepa que no nos creemos nada”, gritó ayer una mujer china ante los medios congregados en el hotel Lido de Pekín y donde algunos de los familiares de los 153 viajeros chinos que iban a bordo del aparato llevaban esperando noticias desde el día en que desapareció el avión.
Hasta 200 ciudadanos chinos se congregaron ayer en la sala del hotel para ver la rueda de prensa de urgencia del premier.
Tras oír la noticia, se vivieron escenas de histeria, de nervios y desesperación en el hotel pequinés, donde se registraron varios desmayos de familiares.
“Dónde están nuestros hijos?”, gritó desesperada a la prensa una mujer, mientras otra rechazaba que el avión hubiera acabado en el fondo del Índico: “Los gobiernos nos están engañando. El Gobierno tiene que hablar con nosotros”.
Luego los familiares publicaron un comunicado en el que expresaban su rabia contra la aerolínea, el Gobierno y los militares de Malasia, a quienes acusaron de “haber escondido la verdad”. Mientras se vivía esta situación en el hotel Lido, los medios oficiales de la potencia asiática instaron a seguir buscando para constatar que el avión se estrelló en el océano.
“Es demasiado pronto para concluir que se estrelló basándose en el análisis de satélites. Hay que encontrar y analizar la caja negra”, señaló el experto Yin Zhou a la cadena CCTV.
“Sin restos las pruebas no son claras. Aún llevará un tiempo considerable llegar a una conclusión final”.
Wu Peixin Experto en tránsito aéreo
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