La Casa Ecuatoriana de Nueva York se cambia de instalaciones. Ahora los ecuatorianos que van en busca de información del Plan Retorno y en algunas ocasiones ha conseguido dar apoyo moral, logístico y económico a inmigrantes afectados por alguna tragedia en Estados Unidos tienen una nueva dirección.
La Casa Ecuatoriana seguirá en el área de Queens pero esta vez en instalaciones más amplias y en una zona de fácil acceso para los inmigrantes, justo en la parada del tren siete en Queensboro Plaza. Manhattan está solo cruzando el río.
Pablo Calle, director de la entidad, recordó que fue el embajador Hernán Holguín quien comenzó solo con una computadora, una impresora y un fax en el dormitorio de un amigo inmigrante. El embajador del Ecuador, Luis Gallegos, también estuvo para la inauguración que concentró a decenas de ecuatorianos. Recordó que la presencia del Gobierno de Ecuador para ayudar a los inmigrantes en EE.UU. ha sido un proceso que empieza a dar resultados.
Además de la Casa Ecuatoriana hay un nuevo consulado de Nueva York en Queens, lo cual permite que ningún día de la semana se cierren los servicios. Connecticut también tiene su consulado, por lo tanto los ecuatorianos de ese estado y de los estados del noreste no necesitan viajar hasta nueva York.
Atlanta, Minessota y Arizona también tienen consulados. “En momentos difíciles y complejos en Estados Unidos, con una recesión que tiene consecuencias económicas para los ecuatorianos”, dijo Gallegos.
En el nuevo lugar se dictarán clases de computación y cursos de inglés, además de actividades culturales, señaló el cónsul de Nueva York, Jorge López. La ministra de la Secretaría Nacional del Inmigrante, Lorena Escudero, aprovechó esta inauguración para asegurar que “se está preparando la casa para los ecuatorianos que quieren volver”. Allí es cuando viene el cuestionamiento de los inmigrantes quienes creen que es imposible regresar por la inseguridad y la falta de empleo.
“No hay trabajo, así que para muchos es imposible volver”, sostuvo Cléber Borja, quien llegó hasta las nuevas instalaciones. Pese a la presencia de la Casa Ecuatoriana por más de tres años, para algunos inmigrantes es un lugar desconocido o de la cual no han conseguido lo que esperaban.
“Yo no sabía que existía una Casa Ecuatoriana, seguramente no han hecho un anuncio a tiempo”, expresó Rosa Rodas, inmigrante del Cañar. Lo contrario dirán los familiares de Julio Serrano, quienes han recibido la asesoría legal de los funcionarios desde el momento mismo que se enteraron sobre la brutal paliza que sufrió este inmigrante de Gualaceo.
Precisamente uno de los pedidos constantes de los inmigrantes es la ayuda legal directa. “No buscamos que nos digan qué hacer, porque lo sabemos, sino que la Casa nos ayude con abogados, porque la falta de ayuda y asistencia legal es una necesidad constante para quienes no tenemos papeles”, es el reclamo de José Villa, quien no estuvo en la inauguración pero que tampoco le emocionó saber que el lugar de la Casa es más accesible.