Me refiero a los reportajes de página completa publicados por Diario El Comercio (página 2) los días miércoles 18 de mayo, lunes 6 de junio y la edición dominical del 12 de junio, relativos a los wikileaks y a decisiones de mi período presidencial.
Los wikileaks se han convertido en el paradigma de la inminente metamorfosis de nuestro tiempo, en busca de la libertad a cualquier riesgo o precio. Un cantante de color norteamericano, -Harry Belafonte-, dijo o cantó alguna vez: “se puede enjaular al cantante pero no la canción”. Precisamente, es lo que ha ocurrido con Julian Assange y la voluminosa avalancha de información, centrada en la prepotente política internacional de la administración Bush, principalmente las guerras de Irak, Afganistán y los cablegates. Mientras la verdad solo les pertenezca a algunos, la realidad es una mentira y la libertada está muerta. Los wikileaks son por lo menos un gesto digno contra el secuestro de la verdad. }
La moral pública y un mínimo de integridad política obligan al mundo a guardar coherencia con el gesto. Coherencia, señora Directora, sería publicar mi versión contenida en esta comunicación acerca de los actos de mi gobierno de una manera correspondiente a los reportajes mencionados, es decir, iguales en cuanto a extensión, titularidad y ubicación de página.
Le escuché decir a un distinguido Presidente sudamericano, que el nivel de simple chismografía de los wikileaks, obligaba a ignorarlos. Pero, un chisme, de acuerdo al diccionario de la RAE es una noticia verdadera o falsa con que se pretende indisponer a unas personas con otras o buscan murmurar de alguna. Esta acción minúscula, es sin embargo tan perversa, que cuando proviene del servicio diplomático de la primera potencia mundial no se la puede soslayar. Revela el afán de intervenir y dominar a todos los gobiernos del mundo. No siempre son necesarias las guerras.
Los wikileaks revelan la alternativa ejercida por la administración Bush y por las grandes corporaciones para desprestigiar al político o al gobernante que se oponga a sus intereses, no siempre sagrados, sino petroleros, corporativos, mercantiles o de patentes. Y también la posibilidad de ofrecer su respaldo a la servidumbre criolla que busca la oportunidad de encumbrarse sin méritos sobre el hombre que cuida su independencia. Interviene –abierta o secretamente- en la vida pública de todas las naciones de la tierra.
Prohibido equivocarse. Los wikileaks denuncian el secuestro de la verdad y el ejercicio político de los poderosos de la tierra, que buscan dominarla mediante la fuerza militar de la guerra o mediante confabulaciones para desprestigiar, doblegar, corromper o liquidar a los hombres libres de las pequeñas naciones. Las grandes corporaciones han iniciado una serie de estrategias para neutralizar la explosión expansiva de los wikileaks. Se las encuentra en internet. La más novedosa sería crear desconcierto o desinformación para que las grandes corporaciones y la administración Bush aparezcan como las víctimas engañadas por las pequeñas naciones y manipular la misma información para producir confrontaciones entre sus opositores. No confundir quien es el verdugo y quien es la víctima.
El primero de los tres reportajes publicado el miércoles 18 de mayo, revela –por boca propia- la confabulación, el acto de colusión entre la Embajada norteamericana y los hermanos Gutiérrez en mi contra. La segunda publicación aparecida el lunes 6 de junio contiene supuestas expresiones mías en contra del Presidente de Venezuela y de funcionarios de mi gobierno. Nunca practiqué la maledicencia. Ningún colaborador o colega de mi vida profesional, académica o pública puede haber escuchado una expresión indebida de mí parte. Jamás hablé mal de ningún Presidente, allí está el testimonio de honor de los dos diplomáticos que ejercieron la cancillería durante mi período presidencial, los doctores Antonio Parra Gill y Francisco Carrión Mena. Con el Presidente Chávez tuve excelentes relaciones. Él fue recibido dignamente las veces que visitó nuestro país. Las diferencias naturales que se dan entre dos mandatarios que defienden los intereses de sus respectivas naciones, no guardan ninguna relación con la obscena vulgaridad que exhiben los funcionarios de la administración Bush en los cablegates. Ellos solo reconocen vasallos o enemigos. No existe otra posibilidad para una nación libre e independiente.
Pero, resulta claro que el contenido fuerte se lo había reservado para el domingo 12 de junio. Empieza con el título “Debilidad e incapacidad acabaron con el TLC”. El reportaje es una larga lista de rencores y frustraciones que los funcionarios de la embajada sentían por su fracaso en sostener en la presidencia a su hombre de confianza, que les había prometido el TLC “va porque va”, mantenía el FEIRE, la recompra de deuda externa y los contratos petroleros leoninos. No solo en los cablegates previos, sino desde el comienzo de mi gobierno habían expresado su comprensible animadvesión y su inocultable deseo que, producido el desenlace del 20 de abril, yo no asuma la presidencia, como lo sugieren algunos signos de los acontecimientos en Ciespal. Mis desacuerdos con el presidente Gutiérrez en estos temas habían sido muy claros. Pero no hay nada que justifique el lenguaje ofensivo e irrespetuoso de la de diplomacia bushiana. Mi protesta, claro que es personal. pero, sobre todo, levanto la voz como hombre libre de esta nación, que no acepta humillaciones de un abusivo gobierno extranjero
Acerca del Trata de Libre Comercio dice: “Jamás cedí a ninguna presión: ni al “TLC va porque va” ni al “no al TLC”. Dije y mantuve todas las mesas de discusión con Estados Unidos. Sostuve que las discusiones del TLC eran el foro adecuado, la vitrina insuperable para exponer las ideas y los anhelos de la patria. Sostuve con dignidad la necesidad de tratar dos temas que Estados Unidos se negaba a discutir:
a. Agricultura: particularmente las cuotas de arroz que Estados Unidos pretendía obligarnos a comprarles, y yo me negaba porque Ecuador es un país exportador de arroz. Llegué a tener el apoyo de Colombia que es uno de nuestros compradores.
b. Propiedad intelectual: me negaba a aceptar las pretensiones de Estados Unidos de patentar la vida. Ya patentaron la ayahuasca. Si permitimos que continúen seremos propiedad de las corporaciones transnacionales en cuerpo y alma para toda la eternidad. Debemos detenerlos ahora.
Esa fue la posición ecuatoriana en las mesas y yo la discutí personalmente con el Presidente Bush, en una reunión de presidentes. Todos los demás temas fueron tratados con éxito por la delegación ecuatoriana dirigida e integrada por personas ilustres y expertas.
Lamentablemente, durante la celebración de la última mesa de discusión del TLC en Washington , sobre la cual yo mantenía atención permanente, recibí una llamada del jefe de nuestra delegación a informarme que la delegación de Estados Unidos abandonaba la mesa de discusión, aparentemente por mis decisiones en materia petrolera. Mis instrucciones fueron claras: nuestra delegación no se mueve de la mesa hasta que les apaguen las luces. El mensaje ecuatoriano fue claro: fue Estados Unidos quien abandonó la mesa de discusión. Pregunto: ¿dónde está la debilidad del gobierno ecuatoriano? Lo evidente es la prepotencia de la administración Bush o la incapacidad de sus diplomáticos para doblegar la firmeza del Presidente del Ecuador.
Algunos meses después, recibí la visita del Doctor Joseph Stiglitz. Su opinión era que Estados Unidos abandonó la mesa de discusión obligado por nuestro desacuerdo en materia de propiedad intelectual y no por el asunto petrolero. Fue una coartada para ocultar el tema más importante para la corporaciones transnacionales y su capitalismo salvaje. Ahora estoy más convencido de esta tesis.
LA CUESTIÓN PETROLERA
La reforma del oprobioso FEIREP, para recomprar menos deuda e invertir más en lo social, provocó una de las primera visitas del Fondo Monetario Internacional, que recibí personalmente, junto al señor Ministro de Economía, actual Presidente de la República, Economista Rafael Correa. Mi exposición fue clara, contundente y no hubo réplica alguna por parte de la misión del FMI.
Por otra parte, los contratos petroleros eran también oprobiosos. Repartían altísimos porcentajes a las petroleras transnacionales y muy poco para el estado ecuatoriano. Por ejemplo, una de esas reparticiones era 82% y 18%, que al precio de USD 15 el barril de petróleo al momento de firmar el contrato, significaba repartir USD12, a la transnacional, lo cual incluía gastos de exploración, explotación, y hasta “ganancia justa” etc, y apenas $2,50 para el Ecuador. Pero el precio del petróleo había subido extraordinariamente y todo el excedente se iba afuera. Les propuse a las transnacionales renegociar los contratos. La Oxy se opuso, a menos que Ecuador desistiera de la demanda de caducidad de contrato. Les expliqué que yo no podía hacerlo porque había jurado respetar la constitución y la independencia de los poderes del Estado.
La decisión de mi gobierno fue, entonces, reformar la Ley de hidrocarburos. Respetaríamos todos los contratos hasta el nivel al cual se firmaron los contratos. Todo excedente se repartiría, asegurando no menos del 50% para el Ecuador.
El problema de la caducidad del contrato con la Oxy se produjo por una demanda presentada por la Procuraduría General del estado en contra de la transnacional por incumplimiento del contrato. Si la empresa no presentaba los descargos o compensaciones a satisfacción de la Procuraduría y de Petroecuador, el juez natural, el Ministro de Energía debía juzgar y sancionar. Cumplidos todos los plazos, exactamente eso es lo que hizo el señor Ministro. El contrato –firmado por la Oxy- prohibía expresamente que una demanda de caducidad sea sometida a un tribunal de arbitraje. Le adjunto una pertinente comunicación mía al CIADI.
CANDIDATURA A LA DIRECCIÓN GENERAL DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD
Mi candidatura nació de un generoso gesto del Presidente Lula y tuvo un apoyo importante. Mi propuesta planteaba reformas radicales y profundas a la OMS, que todavía espera por ella. Proponía – y lo sigo haciendo- un nuevo orden mundial basado en la biología, en el desarme, en la limitación de la propiedad intelectual cuando se trata de la vida, en el aseguramiento universal de salud y en invertir más recursos en investigación científica en las universidades de los países en vías de desarrollo. Esta propuesta ha sido presentada en varias partes del mundo y ha tomado la forma de un libro, ya editado y publicado por la UEES y que será lanzado próximamente.
Renuncié mi candidatura por la notoria oposición de las transnacionales que siguen dominando la OMS. Espero que se aproxime el día, en el cual, un valiente wikileaks denuncie el juego de los poderosos con la salud y la vida de la gente. Me dolió renunciar a los proyectos de cambio y defraudar al Presidente Lula. Lo hice sin queja alguna, afrontando simplemente las consecuencias que provocan las actitudes rectas y verticales.
MI POSICIÓN FRENTE A ESTADOS UNIDOS
Mi posición integra frente a Estados Unidos no la puede destruir una administración que se inventó guerras de destrucción masiva y una red de espionaje para dominar el mundo.
Yo amo al pueblo norteamericano de Jefferson, de Roosevelt, de Martín Luther King, del viejo Whitman, de Poe, de sus mujeres como diosas, de sus universidades centenarias, de sus grandes hospitales donde yo me formé con la guía de sabios maestros, donde obtuve mi título de especialista y donde mis hijos y yernos trabajan como profesores e investigadores. Amo las revistas donde ellos publican sus trabajos y respeto las sociedades que financian sus investigaciones. Repudio a sus potentados dueños de la tierra, el mar, el aire y de la vida. Detesto su sistema financiero corrupto que siembra pobreza, miseria y angustias, su sociedad alienante consumidora de drogas. Rechazo sus agentes secretos y su infiltración encubierta en nuestras débiles democracias. Me declaro opuesto a toda forma de belicismo, a su brutal gasto en armamentos comparado con la asignación que recibe la salud y la preservación de la vida de este planeta.
Invoco, distinguida Señora Directora, su espíritu democrático, su devoción por la libertad de expresión, por los derechos de la gente a recibir toda la información y su apego a la Constitución. El artículo 66 dice “se reconoce y garantizará a las personas:
7. el derecho a toda persona agraviada por informaciones sin pruebas o inexactas, emitidas por medios de comunicación social, a la rectificación, réplica o respuesta, en forma inmediata, obligatoria y gratuita, en el mismo espacio u horario”.
Le ratifico, señora Directora, mis sentimientos de alta consideración y aprecio.
Alfredo Palacio
Ex Presidente Constitucional del Ecuador