Los consejeros del Papa Benedicto XVI “se lamentaron” de haber aceptado la invitación de Gran Bretaña para que el Sumo Pontífice visite ese país en septiembre. Esto, tras conocerse el fin de semana un documento secreto de la Cancillería británica que incluía varios chistes.
Entre las bromas, una en que el Santo Padre abriera una clínica de aborto, que consagrara un matrimonio homosexual y que lanzara una serie de preservativos con la marca “Benedicto”.
El periódico inglés The Times informó ayer que los consejeros del Papa creen que fue un error aceptar la visita oficial.
El documento, del 5 de marzo de 2010, que generó una fuerte pelea entre Londres y el Vaticano, también sugirió en tono bromista que durante la visita papal debería modificarse el himno nacional británico, de “God Save the Queen” (Dios Salve a la Reina) a “God Save the World” (Dios Salve al Mundo). Sugería también que el Papa cantara karaoke junto a la Reina con fines benéficos.
Tras la polémica, la Cancillería británica se vio forzada a ofrecer disculpas por el memorando escrito por un funcionario de bajo rango del Foreign Office y según el Times la visita papal “quedó ahora en peligro”.
El documento fue elaborado como parte de un legajo con temas a ser discutidos por ministros británicos en relación a la llegada del Sumo Pontífice a Gran Bretaña.
Un vocero del Foreign Office calificó el documento de “inaceptable”, mientras el embajador británico ante la Santa Sede, Francis Campbell, se reunió de inmediato con funcionarios del Vaticano para disculparse por el hecho.
Según el Times, el documento “es considerado como un hecho de los más serios en la actitud anti-católica de Gran Bretaña”.
El texto se conoce tras la amenaza de activistas ateos, bajo el mando del intelectual y escritor Richard Dawkins, de arrestar al Papa durante su visita a Londres por considerarlo responsable de los casos de pederastia en la Iglesia.