La carrera para suceder al presidente Luiz Inacio Lula da Silva en las elecciones brasileñas de octubre se ha vuelto cada vez más reñida, según informaron ayer sondeos divulgados por la prensa brasileña.
La heredera elegida por Lula y jefa de gabinete Dilma Roussef, y su rival socialdemócrata, José Serra, se encuentran cabeza a cabeza en intención de voto para la elección de octubre, según un sondeo de Ibope.
La encuesta indica que cada uno obtendrá 37% en la primera vuelta y 42% en el balotaje, con un margen de error de más-menos dos puntos.
La enorme popularidad de Lula en el final de su segundo mandato presidencial potenció las posibilidades de Roussef.
Sin embargo, el apoyo a la candidata del izquierdista Partido de los Trabajadores, proviene principalmente de la mitad más pobre de Brasil (estados norteños), mientras que Serra cosecha votos en los estados más ricos del sur.
Todos los medios de comunicación brasileños informan que la campaña de Dilma -que se lanzará oficialmente el 6 de julio- sufrió un golpe con la salida de su asesor de relaciones públicas, el periodista Luiz Lanzetta.
El alejamiento tuvo lugar después de que el influyente semanario Veja divulgara una entrevista con un jefe de Policía retirado, que afirmó que Lanzetta intentó realizar una operación de espionaje contra Serra y otros candidatos de un costo de un millón de dólares. Lanzetta negó la acusación argumentando que el ex jefe de Policía Onezimo Sousa le ofreció servicios de espionaje que él no aceptó.
El partido de Serra -Partido de la Social Democracia Brasileña, PSDB- exigió una investigación. La primera vuelta brasileña será el 3 de octubre y la segunda, el 31 del mismo mes.