Cansados de quedarse en casa por la violencia en las calles, los caraqueños empezaron a desafiar el miedo al apuntarse cada vez más a deportes grupales al aire libre y así arrebatar a la delincuencia los espacios públicos, en una de las ciudades más inseguras de la región.
Un parque, una plaza o una calle pueden convertirse en el escenario ideal para acoger a cientos de caraqueños, que pese a convivir con la inseguridad y la violencia tienen ganas de hacer ejercicios al aire libre, como hacer baile aeróbico, practicar yoga, trotar, montar bicicleta o simplemente caminar.
“Esto es demasiado positivo, en las grandes ciudades el ritmo de vida es acelerado y tener la posibilidad de hacer ejercicio ayuda a relajarse”, comenta a la AFP Zulene Rivero, de 43 años, antes de empezar una clase gratuita de fitness de combate en el Paseo Los Próceres, en el oeste de la ciudad.
En Caracas, capital del país sudamericano con el mayor número de homicidios según la ONU, casi 3 500 personas fueron asesinadas en 2011 en una población de 3,4 millones, es decir, 108 por cada 100 000 habitantes, superando la tasa nacional (48/100 000), de acuerdo con las autoridades metropolitanas.
Aunque Rivero admite que la gente también puede sufrir un robo “casi en cualquier esquina” de la ciudad, afirma que en lugares como Los Próceres, en el municipio Libertador -el más poblado de los cinco que componen Caracas-, se siente “bastante segura”.
“Aquí todo el tiempo hay vigilancia e iluminación y en grupo es más fácil cuidarse entre sí”, opina.
Nelida Pastrana, una administradora de 43 años, afirma al final de la clase, a la que asisten unas 70 personas, que hace “todo lo posible” por no perderse este tipo de eventos organizados gratuitamente por las autoridades.
“Mi rutina es dar dos vueltas a Los Próceres y después me quedo haciendo bailoterapia, fitness de combate o lo que haya. Hasta he adelgazado”, celebra Pastrana, agregando que “un gimnasio es súper caro” así que vive “enamorada” de estas actividades, que aún no llegan a la mayoría de los caraqueños.
La psicóloga social Mercedes Pulido considera que las autoridades y la ciudadanía están haciendo un esfuerzo “para enfrentar la violencia buscando reconquistar sus espacios públicos”.
“Caracas siempre tuvo una intensa actividad urbana y muchas de sus actividades se llevan a cabo en la calle o los parques. Esto que vemos en los caraqueños es una reacción que dice ‘No puedo seguir encerrado’”, observa.
En la plaza de Los Palos Grandes, en el municipio Chacao (este de Caracas), cada semana decenas de vecinos acuden a clases de yoga y pilates o grupos de ciudadanos se organizan en la noche para salir a trotar o montar en bicicleta.
“La inseguridad es un tema insoportable, pero éste es un ambiente donde tenemos la oportunidad de relajarnos”, dice Moraima Morales, mientras espera junto a casi un centenar de personas a que llegue la instructora de yoga.
Leonardo Ramírez, vocero de la agrupación ‘Runners de Venezuela’, ve en esta plaza un lugar estratégico para que jóvenes y adultos se den cita dos veces a la semana para trotar por las calles en rutas de varios kilómetros después del trabajo.
Este consultor de seguridad industrial, de 41 años, afirma que correr en la noche “es una oportunidad para hacer deporte grupalmente por un tema de seguridad e integración” y además dejar pasar la hora pico del infernal tráfico caraqueño antes de regresar a sus casas.
“De qué sirve llamarse ciudadano si desconocemos la ciudad, este acercamiento de la gente con el barrio o la urbanización es importante porque permite saber si sobredimensionamos” el tema de la inseguridad, opina Ramírez, cuyo colectivo es uno de las decenas que se forman para hacer rutas urbanas.
Según el coordinador nacional de actividad física del Ministerio de Deporte, Aldri Da Cunha, desde el año pasado el gobierno impulsa el uso de espacios públicos para que la gente socialice a través del deporte, como parte de un plan de rehabilitación de plazas o parques invadidos por la delincuencia.
“Estamos comenzando a recuperar los espacios que nos había ganado la delincuencia durante muchísimos años para que sirvan para compartir, descansar, mejorar la condición física y la salud” de la población, señala a la AFP.