Un millar de estudiantes opuestos al Gobierno venezolano volvió ayer a las calles de Caracas de manera pacífica en una nueva jornada de protesta, mientras sectores oficialistas preparan una marcha “contra el fascismo” para hoy.
Con banderas y pancartas en rechazo a la violencia y al gobierno de Nicolás Maduro, centenares de estudiantes se congregaron en la plaza Altamira, en el este de Caracas y sitio habitual de protestas antichavistas, y bloquearon varias calles en homenaje a sus compañeros muertos en los disturbios del miércoles y para pedir la liberación de los detenidos.
Durante la mañana, en el oeste de Caracas, centenares de personas velaron los restos del activista prochavista Juan Montoya. En una cancha de fútbol de Guatire, un suburbio de Caracas, se dio el último adiós al joven Bassil da Costa, uno de los fallecidos opositores.
La televisión venezolana, según una ley sancionada años atrás, se abstuvo de difundir imágenes y el Consejo de Telecomunicaciones, órgano gubernamental regulador de empresas audiovisuales, había recordado el riesgo de sanciones para aquellos que hagan “promoción de la violencia”.
En un mensaje de TV, Maduro acusó a medios extranjeros de manipular informaciones, entre ellos a la agencia AFP, y dijo que su gobierno quitó del aire al canal colombiano de noticias NTN24.
El jefe de Estado también señaló que los hechos de violencia que dejaron tres personas muertas, 66 heridos graves, 69 detenidos y destrozos en algunos edificios y vehículos de organismos del Estado tras la marcha opositora que se desarrolló en Caracas fueron parte de un plan para derrocarlo.
Entretanto, el canciller de Venezuela, Elías Jaua, dijo que “el aparato propagandístico del mundo” se ha unido para atacar a su país y que los medios internacionales tratan de tergiversar los hechos de violencia que se produjeron el miércoles para culpar al Gobierno.
“Nuevamente el pueblo venezolano enfrenta una arremetida fascista“, dijo Jaua y señaló que “ni todo el aparato propagandístico del mundo que está ahorita unido como una sola fuerza para atacar a Venezuela, liderada por las principales cadenas de los medios internacionales”, podrá derrotar la voluntad de paz del país.
Países aliados de Caracas, como Ecuador, Cuba, Argentina, Bolivia y Nicaragua, se solidarizaron con Maduro y rechazaron la violencia. “Estos hechos repudiables son parte de una estrategia planificada para desacreditar mediáticamente a nivel internacional a la Revolución Bolivariana, en momentos en los que el Gobierno Bolivariano de Venezuela ha tomado acciones dirigidas a lograr una mayor paz, estabilidad y diálogo nacional”, indicó de su parte la ALBA en un comunicado.
Pero la alianza opositora de Venezuela, conocida como la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), instó a Maduro a fundamentar las razones que lo llevan a hablar de intento de “golpe de Estado”.
Asimismo, exhortó al Gobierno a desarmar a los grupos radicales llamados colectivos y exigió a Maduro que deje de acusar “ligeramente” a la oposición de promover un golpe.
Ramón Guillermo Aveledo, vocero del MUD, indicó que esos “grupos ilegales armados“, asociados con el oficialismo, tienen una “organización paramilitar” y poseen armamento de guerra.
“Es precisamente a esos grupos violentos a los que el Gobierno no ha podido controlar y el llamado es a que los controle, porque eso entra precisamente dentro de la política de desarme”, dijo a su vez, el presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela, Diego Padrón, en un comunicado.
En cambio, la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Catherine Ashton, hizo un llamado a los representantes de todas las partes y sectores de la sociedad a mantener la calma, tanto en sus actos como en sus declaraciones. La libertad de expresión y el derecho a participar en manifestaciones pacíficas es esencial”, dijo.
Un vocero de Twitter dijo en cambio que imágenes de la red social están bloqueadas y que la compañía sospecha que detrás de ello está el Gobierno.
_En contexto El miércoles último se desarrolló una protesta estudiantil en contra de la inflación, la escasez de productos y por la liberación de un grupo de detenidos en las manifestaciones. La marcha en Caracas degeneró por choques entre opositores, policías y chavistas.