Rusia y Estados Unidos realizaron ayer el mayor canje de espías desde la Guerra Fría al intercambiar agentes en la pista del aeropuerto de Viena.Dos aviones -uno ruso y uno estadounidense- estacionaron uno al lado del otro durante unos 90 minutos mientras vehículos hacían una especie de puente entre ellos. Los agentes se cambiaron de una aeronave a la otra a través de pasarelas cubiertas mientras arreciaba el calor desde el asfalto. El avión ruso luego despegó, seguido por el jet estadounidense, rememorando las operaciones de espionaje de la era soviética a través de la Cortina de Hierro en Europa central. Funcionarios en Viena, que llegó a ser centro de la intriga a capa y espada que dominó durante la Guerra Fría, mantuvieron un estricto bloqueo informativo. Pero el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció poco después del despegue que el intercambio de 10 agentes liberados por Washington y cuatro liberados por Moscú había concluido con éxito. El jueves, los 10 agentes detenidos a finales de junio en territorio estadounidense se declararon culpables ante el tribunal federal de Nueva York y la jueza Kimba Wood anunció su expulsión inmediata de EE.UU. Entre ellos figura la peruana Vicky Peláez, quien, según su abogado, desconocía hasta el nombre de su marido, un agente, el ruso Mijaíl Vasenkov, que se hacía pasar por “peruano nacido en Uruguay” bajo el nombre falso de Juan Lázaro. Peláez era periodista del diario hispano La Prensa de Nueva York y tiene dos hijos, que permanecerán en EE.UU.Entre los deportados también está Anna Chapman, cuyas fotografías íntimas y pormenores de su vida sexual fascinaron a la prensa. El canje fue posible gracias a la mejora de las relaciones ruso-estadounidenses.