Cancún quiere evitar lo que le ocurrió a Copenhague. Por eso, la decimosexta conferencia mundial sobre cambio climático -que se realizará en diciembre próximo en el balneario mexicano- se limitará a solo 15 000 participantes. La capital de Dinamarca experimentó una verdadera invasión de negociadores y activistas en diciembre del 2009. Esa vez más de 40 000 personas acudieron a la cita. Pero lo más importante para los organizadores será incentivar a que se alcance algún acuerdo real para afrontar los golpes que está causando el cambio climático sobre la Tierra y los más de 6 000 millones de habitantes. Así lo reconoció el canciller mexicano, Luis Alfonso de Alba, durante sus intervenciones en la reunión de Bonn, Alemania.En gran medida dependerá de los avances en las reuniones de negociadores del próximo mes en Bonn y una más en octubre, posiblemente en China. No obstante, de acuerdo con la italiana Olga Cavalucci, coordinadora académica de Posgrado en Cambio Climático de la Universidad Andina, cada negociador pugnará por imponer sus condiciones y dependerá de su experiencia para lograrlo. En ese sentido, según la experta, Ecuador está en seria desventaja. La rotación de sus delegados en las reuniones y conferencias es una de sus falencias. Lo peor es que corre el riesgo de ser relegado en la asignación de recursos para las tareas de adaptación y mitigación. Por ejemplo, en la repartición de aportes económicos ya se acordó priorizar a los países pobres. Ecuador quedó fuera de esa categoría, al ser considerado en vías de desarrollo. Por eso es que el éxito para cada país depende del desenvolvimiento de sus negociadores.