El canciller de Guatemala, Harold Caballeros, se disculpó hoy públicamente por haber llamado “burros” y “tontos” a los cientos de ciudadanos que, por medio de las redes sociales, le criticaron por justificar una matanza de indígenas a manos de militares la semana pasada.
“Reitero mis disculpas. Alguien me llamó burro y reaccioné con el hígado. Lo siento. No va a repetirse”, escribió Caballeros en su cuenta personal de Twitter, la misma en donde el lunes dijo que “es más burro el que cree todo lo que lee” en los diarios.
La reacción del jefe de la diplomacia guatemalteca se desató luego de que un vespertino local reprodujera un comentario emitido ayer durante una reunión con diplomáticos a los que explicó los hechos ocurridos el pasado 4 de octubre durante un enfrentamiento entre un grupo de manifestantes y militares, que dejó ocho indígenas muertos y 34 heridos.
En ese encuentro, Caballeros dijo a los embajadores que “aunque suena muy mal decirlo, pues todos los días tenemos el doble de muertos de ocho”, lo que implica que la matanza de indígenas “como que tampoco es una llamada de atención tan grande como debiera ser”.
El canciller aseguró inicialmente que el vespertino había “tergiversado” su comentario, y sus palabras habían sido sacadas de contexto, pero este martes, en declaraciones a una radio local donde ratificó sus disculpas, reconoció haber hecho esos comentarios.
Después de responder a algunos de los cientos de mensajes de repudio y crítica por sus comentarios en la red social Twitter, el diplomático guatemalteco dijo que retiraba el calificativo de “burros” hacia quienes le cuestionaban y que lo cambiaba por el de “pendejos”.
Antes de borrar los mensajes de su cuenta, se despidió escribiendo lamentado “veo que no todos tienen sentido de humor”.
El gazapo del canciller incrementó las críticas de los ciudadanos en contra del gobierno del general retirado Otto Pérez Molina, por la forma en que ha reaccionado tras la matanza de los indígenas a manos de militares durante un confuso incidente que aún no ha sido esclarecido por la Fiscalía.
El Gobierno tardó más de 24 horas en reconocer que miembros del Ejército dispararon sus armas durante el incidente, pero insiste que lo hicieron “al aíre” y en contra de la muchedumbre.
El lunes, el general Edwin Efraín Nájera, viceministro de la Defensa Nacional, aseguró que dos mujeres soldados integrantes de una “brigada de reservistas” fueron las que dispararon “en defensa propia”.
Las dos mujeres se encuentran detenidas en un cuartel del Ejército, junto a otros cinco soldados que también estuvieron involucrados en los incidentes ocurridos el pasado jueves en una carretera de la cumbre Alaska, a 170 kilómetros al noroeste de la capital.
En esa protesta los manifestantes rechazaban el alza de la energía eléctrica y las reformas constitucionales que promueve el presidente Pérez Molina.